Por: Arturo Ramo García, Foro Independiente de Opinión
En la ideología actual de feminismo radical se defiende que la mujer ha de liberarse de sus condicionamientos biológicos y de sus evidentes diferencias sexuales entre el varón y la mujer. Piensan que toda persona podría configurarse libremente según sus deseos y elegir ser hombre o mujer despreciando su naturaleza fisiológica original. Se niega la igualdad de dignidad entre ambos sexos, así como la complementariedad física, psicológica y ontológica.
Una consecuencia de este planeamiento es abolir la distinción hombre-mujer y promover la rivalidad, la enemistad y la violencia entre ambos. Realmente se introduce en la pareja la lucha de clases, que introdujo el marxismo entre ricos y pobres. Es meter el odio en las relaciones hombre-mujer y el odio desemboca en violencia.
Cuando se quita el amor en la familia y se introduce la violencia y el odio, empiezan las discusiones y peleas que pueden desembocar en el asesinato de la mujer o del hombre y en bastantes casos de los hijos.
Todos los días salen en la televisión casos de la llamada «violencia de género», pero no se profundiza en las causas que la producen, tales como el odio sembrado por la lucha de clases promovida por el feminismo radical y otra causa suele ser la infidelidad matrimonial de algunos de los cónyuges. Los comentaristas de la noticia describen los hechos pero se callan las causas que los producen.
Pero otra corriente del pensamiento actual, cada vez más difundida, es vivir la misericordia entre todos los hombres y mujeres, entre pobres y ricos y entre emigrantes y acogedores. Habría que añadir la necesidad de la misericordia y el amor dentro de la pareja para soportar los defectos del otro y para promover una «colaboración activa» entre el marido y la mujer, viviendo la igualdad de cargas y responsabilidades.