Por: Dr. Denis Panozo V.
La Rosácea es una afección dermatológica que se produce con más frecuencia en las mujeres, que en varones durante la edad adulta. La mayoría de las veces está relacionada con las tensiones emocionales, la ansiedad, los estados de pánicos, la hipoclorhidria (deficiencia en el estomago de ácido clorhídrico, componente principal del jugo gástrico), por lo cual sufren de mala digestión. Además la acompaña siempre una dermatitis seborreica.
Esta enfermedad es crónica y no siempre se da con la misma virulencia. Se dan tres tipos de Rosácea, leve, moderada y severa.
Afecta la nariz, las mejillas, la frente y el mentón con manchas rosadas de mayor o menor intensidad. Las conjuntivas se irritan y simulan una conjuntivitis. Las zonas afectadas toman un tinte rojizo o violáceo con dilatación crónica de los capilares superficiales y la aparición de diversas pápulas inflamatorias grasosas semejando al acné, también se pueden confundir por lesiones de Lupus eritematoso, sífilis papuloso. Ahora la forma más violenta se da por infecciones cercanas, ej. de los dientes, amígdalas, senos para nasales o sinusitis, además el acné, que es la infección de los folículos pilosos(raíz de los pelos)
A veces, durante el tratamiento se restringe la ingestión de los siguientes nutrientes, café, té, chocolate, nueces y bebidas alcohólicas, al igual que las comidas muy condimentadas (evitando de esta manera que las manchas se acentúen y agraven esta enfermedad que sin ser mortal es muy molesta. Actualmente han aparecido nuevos tratamientos que permiten ser más llevadera esta enfermedad.
