La triste realidad de tantos anuncios de embalses y que ninguno se ha concretado en la cuenca del río Aconcagua

La triste realidad de tantos anuncios de embalses y que ninguno se ha concretado en la cuenca del río Aconcagua

- en Los Andes
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El río Aconcagua, en un óleo de Pedro José Amado Pissis, hace doscientos años atrás. La cuenca sigue esperando una obra para almacenar las aguas que se pierden en la desembocadura de Concón rumbo al mar.

Las precipitaciones de este año que han sido consideradas positivas pero que mantienen la crisis hídrica que viene afectando al Valle de Aconcagua desde hace ya diez años, vuelve a poner en la agenda la construcción de embalses, luego de los recientes anuncios presidenciales según un reportaje de El Mercurio, donde -entre otros dirigentes del país- el presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del río Aconcagua, Javier Crasemann, tiene una opinión no muy grata de los distintos sucesos que involucran este tipo de proyectos.

La información detalla las nuevas iniciativas en la cuenca del río Aconcagua, como Juncal Bajo y Potrero Escondido, Pocuro y otro en Catemu, pero el dirigente recurra lo que ha pasado hasta ahora:

«En 1970, a raíz de Puntilla del Viento, se comenzó a tramitar y hubo gente expropiada; que en los años 80 se les dio títulos de dominio; en los 90 se les anunció que se retomarían las obras y luego no se avanzó, por lo que las personas se sienten muy vulneradas… No saben si remodelar sus casas, si heredarles a sus hijos esos terrenos, y están cansadas de gente que viene, hace promesas y se va, porque nadie da la cara», dice el presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del río Aconcagua, Javier Crasemann. Por eso, considera clave que haya un interlocutor permanente entre el gobierno y las comunidades, y que las prioridades tengan como respaldo plazos, contenidos y recursos asignados, conocidos por todos.

«Cada cuatro años tengo que salir a golpear las puertas de nuevos intendentes, seremis, subsecretarios y ministros. Si no hay sequía me dan hora para ocho meses más y si hay sequía, para dos o tres meses. Me dan dos aspirinas y me mandan para la casa. Después, con la sequía me llaman para preguntar qué se puede hacer en forma rápida y barata, pero cuando el Estado no ha hecho nada en cien años, no existen las soluciones rápidas, baratas e inocuas», dice.

MINISTRO ALFREDO MORENO

En el caso particular de esta cuenca, Alfredo Moreno, Ministro de Obras Públicas, detalla que el MOP ha construido pozos y canales operados por el Estado para mejorar las capacidades del río, sobre todo en las secciones más bajas.

«En la construcción de embalses hemos trabajado activamente con cada sección, ya que tienen distintas necesidades, ideas y proyectos, para determinar cuál es la mejor combinación de embalses», afirma.

EMBALSES MENOS RENTABLE

Con relación a planes de concesión para la construcción de embalses, Javier Crasemann, afirma que «hoy son menos rentables, especialmente tras la baja de las tarifas eléctricas. Falta construir un modelo más atractivo, para que no se presenten pocos interesados o queden desiertas las licitaciones, y en ese sentido, creo que no estamos evaluando bien los efectos positivos de la construcción de embalses», señala el presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del río Aconcagua.

26 PROYECTOS, PERO CUAL PRIMERO

El Ministro Moreno recordó que en la última cuenta pública el Presidente Sebastián Piñera anunció 26 proyectos que están en carpeta, pero hay que tener presente que «para cumplir con las regulaciones que existen para un embalse se requieren 15 años, pensando que no hay ningún problema, pero en la práctica siempre hay dificultades, por lo que los que se están construyen hoy efectivamente son de hace treinta años».

CINCO ETAPAS PARA VER REALIDAD

Ante tal realidad y en términos simples, un embalse debe cumplir cinco etapas, que consideran un perfil del proyecto, estudio de prefactibilidad, de factibilidad, diseño y construcción. Según estudios de la Comisión Nacional de Riego, cada etapa toma entre dos o tres años, por lo que no es posible tardar menos de 15 años. Si se añade que en la mayoría hay oposiciones ambientales y comunitarias, políticamente algunos proyectos comienzan a fracasar.

EJEMPLO, PUNTILLA DEL VIENTO

El embalse Puntilla del Viento, que entre las décadas del 60 y 70 (gobiernos de Frei Montalva y Allende Gossens) se comenzó su etapa previa con un túnel de desviación de las aguas del río Aconcagua para permitir levantar la cortina del embalse de 120 metros de altura, la modificación de los trazados del Camino Internacional y del Ferrocarril Transandino, constituye un claro ejemplo.

OBRAS PARALIZADAS

Y como testigo de lo que iba a ser esa obra, en el sector de Coquimbito, al oriente del Destacamento de Montaña Nº 3 Yungay de Los Andes, se aprecia la infraestructura del paso nivel por donde pasaría el ferrocarril. Después, por las prioridades que estableció el gobierno militar, la obra quedó paralizada. Y luego, con los sucesivos gobiernos tras el resurgimiento de la democracia, todos los mandatarios, hasta nuestros días, mencionaron que harían el embalse Puntilla de Viento, pero que con el paso del tiempo informes técnicos y sociales recomendaban sepultar el proyecto. De ahí que ahora se habla de Juncal Bajo y Potrero Escondido, como obras de cabecera en la cuenca del río Aconcagua. A su vez, Pocuro, pero que a su vez ya se habla que por su alto costo no es rentable.

Javier Crasemann.

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