Las pandemias y sus cambios en el mundo

Las pandemias y sus cambios en el mundo

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Por: Eugenio Astudillo

Vivimos hoy; nuevamente, tiempos especialmente inciertos debido al angustioso ataque de la actual pandemia; aún no controlada, del virus Covid 19, que por estos días hace estragos a nivel mundial debido a sus diversas mutaciones que tiene desesperada a toda la clase científica detrás de una bendita y eficaz vacuna que termine con esta última calamidad planetaria de la era tecnológica, más aún, ahora, como más adelantes sabremos, que aparte de las epidemias universales, como toda enfermedad propiamente tal, traen aparejadas; también, negativa y positivamente, grandes cambios sociales y culturales, que ya, como en el caso del actual coronavirus, se empiezan a percibir por estos días.

La Peste Negra que se desarrolló en Europa – Asia, en el Siglo XIV, y que alcanzó su punto máximo entre los años 1347 y 1353, y que originalmente fue llamada también Peste Bubónica, y es la que, entre otras cosas, más gente ha matado en el mundo desde que se lleva control de las enfermedades virales, al final de cuentas, y en lo positivo, fue la pandemia que trajo los más, y grandes cambios sociales para los habitantes de la época; mejorando sustancialmente las condiciones laborales de los más pobres, privilegió mejores contratos y tratos humanos a los campesinos de la Edad Media, bajaron las tasas de intereses de los préstamos, bajaron los alquileres de las viviendas de los sin casas, hubo una mejor distribución de los ingresos de los países, y subió el consumo de bienes de todo tipo por parte de lo que quedó de población, todo lo cual llevó a un rápido desarrollo Industrial de entonces, que fue la base del crecimiento cultural e integral de la vieja Europa, que se conoce ahora como el Renacentísmo Europeo. Esta pandemia se llevó entonces a un 1/3 de la población de ese continente, calculado en unos 25 millones de muertos, lo que provocó escases de mano de obra y redireccionar al campesino a las industrias.

La Peste Española, que no tiene nada que ver, en su origen, con la madre patria sino en China, y luego se propagó por Filadelfia, E.E.U.U., y de ahí todo el mundo. Fue el peor episodio epidémico conocido en la era moderna (1918), y dejó más de 50 millones de víctimas mortales a su paso.

Como la situación más crítica económicamente se produjo recién terminada la Primera Guerra Mundial (1918), por lo cual sus efectos monetarios y sociales inmediatos no pudieron aislarlo totalmente de ese conflicto, sus efectos, hasta hoy se confunden con las consecuencias del hecho bélico. Pero, no se puede desconocer que en los primeros años hubo cesantía, quiebras de empresas, miedo en la población, perdidas de vida de muchos jóvenes, y sus efector negativos fueron mucho menos notorios por la población mundial, por esta situación post bélica.

En Chile el impacto en muertes de esta pandemia fue significativa, con más de 40.000 fallecidos. En lo económico el PIB bajó en más de un 20% en 1919, y el país duplicó su deuda externa, la que pudo nivelar en cuatro años (1925), gracias a que nuestra principal exportación era el Salitre.

El coronavirus y sus actuales y futuras mutaciones; Hoy todo aún es incierto. No existe aún una vacunación masiva de la población ni la eficacia comprobada de sus aplicaciones. En el mundo ya van más de 2 millones de fallecidos y el virus sigue mutando y contagiando a muchos pueblos, que no hacen caso de las no muy difíciles prevenciones actuales. En nuestro caso particular; Chile no escapa a esta situación de incertidumbre, a pesar de liderar varias medidas efectivas en Latinoamérica. En lo económico, la situación ha sido bien complicada, pero no crítica de sortear, se ha contenido la inflación en un esperado 3% anual, se han prestado varios auxilios monetarios a la población en los diversos cargos y edades, y se han cuidado los puestos de empleos en general y subsidiado otros en particular, cuidando bien los recursos disponibles. Pero, la situación peligrosa para los chilenos no está en tampoco en esta área, sino que, en la desobediencia civil, que se traduce en no solo no acatar las órdenes sanitarias emanadas del gobierno interior, sino que, también buscándole “la quinta pato al gato” para que el esfuerzo comunitario de aplicar varias medidas anexas extra contra la epidemia no rinda sus frutos. A lo anterior se debe agregar las pandemias de cambios sociales de toda índole, que la ciudadanía está requiriendo de sus autoridades desde octubre del 2019, lo que nos lleva en tener que ir a sufragar en 9 elecciones de diversas autoridades, leyes y plebiscitos en este año, y acordar priorizar en la pronta normalización general del país, devolviendo la autoridad a las policías, la Fe en nuestros tribunales, y pedir la eficiencia en nuestros trabajadores públicos y privados, y el respeto ciudadano sobre los futuros nuevos políticos que esperamos se elijan a contar de ahora .

Si queremos pasar a la historia por liderar de buena forma estos cambios que nos están requiriendo junto a esta gran pandemia, debemos desde ya ordenar la casa primero, y después, traer al médico para los remedios y la curación de las heridas, pero para esto, debemos formar una cohesionada y muy feliz familia y ser hermanables a contar de ahora, AUN ES TIEMPO.

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