Alexander Maltes junto a “la Marcela” recorre poblaciones y el centro de la ciudad vendiendo esta leche que cura todos los males.
Alexander Maltes Leiva, oriundo de Coquimbo, con tres burras recorre Chile de norte a sur reviviendo la antigua tradición que en nuestra zona era muy frecuente hace algunos años.
Es como retroceder en el tiempo verlo recorrer el centro de la ciudad con una burrita y un pequeño vaso que es la medida para vender la porción de leche. Una imagen que había quedado en el olvido con el pasar del tiempo, y que por estos días se ha transformado en una atracción para los transeúntes que con curiosidad lo ven cruzar la plaza y la periferia con el animal.
Alexander es del sector San Juan, parque El Culebrón de Coquimbo y llegó hace 10 días a Los Andes. Sus planes son permanecer hasta esta semana en la ciudad.
TRES BURRAS
Su transitar por el país lo hace con tres burras que se van turnando para salir a la calle a vender la leche, las que traslada de ciudad en ciudad en una camioneta.
“Estoy por estos días viviendo en el campamento Bicicross de avenida Hermanos Clark, donde llegué con mis burras y dos compañeros”.
TODOS LOS AÑOS
Los Andes le resulta familiar a nuestro personaje. “Vengo todos los años para acá, recorro todo Chile, esta es una de las pocas tradiciones que quedan”.
MÚLTIPLES PROPIEDADES
Desde antaño hemos escuchado que la leche de burra contiene una diversidad de propiedades alimenticias y curativas.
Dice Alexander que la leche de burra es altamente demanda por sus propiedades para curar las ulceras, anemias, gastritis, colon irritable, indigestión, debilidad. Para los niños sirve para el empacho, para el apetito cuando son malos para comer, débiles de la guatita, para los parásitos, indigestión y los bronquios, para eso de usa esta leche”.
Se vende por medida (un vasito pequeño) que tiene un valor de 2 mil pesos. “Es un cachito en miniatura. Hay gente que cree en las propiedades de esta leche, y es una de las pocas tradiciones que quedan”, dice.
SE VAN ALTERNANDO
Las tres burras se van alternando, “porque no alcanzan a dar medio litro de leche en el día”, por eso cada día sale en su recorrido con una de ellas mientras las otras descansan y se alimentan para salir los siguientes días.
LE VA BIEN
Dijo que en Los Andes le va bien. “Se vende la leche todos los días, aquí la gente consume harto porque hay harto niño enfermo de la guatita, y también personas adultas la compran”.
Es pintoresco verlo cruzar por pleno de la ciudad con la burra, una imagen que se había perdido en el tiempo. “En el centro igual se vende, igual como en Santiago donde hay gente que la compra en Meiggs y en Mapocho, por ejemplo”.
TODO CHILE
Alexander y sus burras no pasan mucho tiempo en Coquimbo. “Recorro todo Chile de Antofagasta hasta Puerto Montt y Calbuco. Para el verano vamos para el sur porque no llueve tanto y para el invierno para el norte. Yo soy el propietario de las burras y me acompañan otras dos personas en este recorrido”.
HEREDERAS
Son tres burras que lo acompañan en su recorrido por el país, pero en Coquimbo “tenemos tres guagüitas que serán las que nos acompañarán cuando sean más grandes”.
Las burras tienen una vida de 20 años, y dan leche siete meses en el año. “Por eso hay que estar renovándolas, comprando otras o tener más crianza. Mientras van pariendo las vamos trabajando y las nuevas van a talar para que crezcan bien”.
DESDE NIÑO
Alexander Maltes se dedica a vender leche de burra desde los 14 años “y actualmente tengo 40 años. Esto lo heredé de una familia con la que me crié, Los Marciales, y desde ese día no he parado”.
DE VUELTA AL NORTE
Terminó el verano y el vendedor de leche de burra viene regresando del sur y va con rumbo al norte. Permanecerá hasta esta semana en Los Andes, y después comienza a regresar al norte, San Felipe, La Ligua, Los Vilos, Salamanca, Illapel. Cuando llegue a su casa en Coquimbo descansará un par de semanas “y después vuelvo a trabajar en Coquimbo y sigo más al norte”.
En el momento del reportaje cruzaba el centro de Los Andes con la burrita Marcela, que tiene 3 años.
Alexander tiene su pareja en Coquimbo y dos hijos, la pareja”, “y los dos criados con leche de burra, sanitos… jajajajaja”, concluye.