Por: Carolina Herrán L., académica Escuela Fonoaudiología U. Andrés Bello
Es muy frustrante tener que postular a un hijo en situación de discapacidad y que no existan oportunidades reales para que se concrete la educación preescolar y escolar formal.
En un proceso de postulación, los padres deben optar por el sistema tómbola en la educación pública, o bien, al único cupo ya previamente seleccionado que tienen para ellos.
Por su parte, en el sistema privado los cupos son privilegiados para los niños por ser hermano de otro pequeño que ya está en el colegio o que tiene vínculos (contactos) para quedar en el proyecto educativo que desea. Finalmente, los padres no eligen, lo que resulta es una especie de lista de espera eterna o, en definitiva, optar por una educación informal, fuera del sistema educativo.
Por esta razón, creo que es de suma importancia contar urgentemente con algún decreto de ley que modifique la cantidad de cupos disponibles en los colegios, de manera que todos los padres de niños que deseen ingresar a ese sistema educativo por proyecto, valores o misión del colegio, puedan elegir y no que resulte un “es lo que hay”, frase muy arraigada en nuestro sistema escolar tanto para niños típicos como para niños en situación de discapacidad.