Un cambio de modelo educativo mediante la implementación del aprendizaje basado en proyectos (ABP) es lo que presenta el emblemático establecimiento de Los Andes que lidera un modelo de enseñanza pionero en nuestro país en el cual alumnos y docentes son generadores de su propio conocimiento.
Grupos de trabajo desarrollando proyectos que entrelazan distintas asignaturas, profesores que orientan a sus estudiantes en torno a cómo realizar investigaciones relacionadas, planteamiento de preguntas en torno al resultado final de la iniciativa, son algunos de los elementos que hoy son una realidad cotidiana en el Liceo Politécnico América de Los Andes, un escenario que marca un antes y un después con respecto al modelo tradicional de impartir clases.
“Como grupo planteamos distintos temas, luego se investiga cada uno y el que parezca mejor para el grupo se queda. A partir de esa base se empieza a crear el proyecto o un producto que tengamos que elaborar junto a su funcionamiento e impacto”, comenta Bryan Cisternas, de cuarto año medio, quien señala que una de las características del sistema de Aprendizaje Basado en Proyectos (ABP) es el compartir información entre pares.
EL ROL DE LOS PROFESORES
Pamela Sánchez, profesora de lenguaje del Liceo América, con 30 años de experiencia, da cuenta de cómo el modelo educativo ha significado la adquisición de distintos tipos de conocimientos para los alumnos y a su vez un reencuentro con el papel fundamental que juegan los maestros en la formación de las nuevas generaciones.
“Cuando empezamos con el ABP, cambiamos el enfoque. Los alumnos determinan lo que necesitan saber para responder a las preguntas planteadas y mientras están en eso aprenden las habilidades blandas propias del Siglo XXI. Nosotros como profesores hemos vuelto a ser lo que debemos ser siempre, ser guías. Vemos cómo ellos trabajan, cómo elaboran productos y cómo desarrollan el contenido para responder a los desafíos planteados”.
Por su parte, Franco Núñez, director de la unidad educativa, recalca que el paso de una educación tradicional a un nuevo formato ha planteado desafíos para el cuerpo docente, que les ha llevado a exigirse más a sí mismos y buscar mejores resultados.
“Lo que me pone doblemente feliz, es que mis profesores se sientan valorados, activos, vigentes y que pueden hacer los cambios reales que ellos querían cuando se matricularon para estudiar pedagogía, que no sólo están para pasar materia sino que cambian vidas mediante esta metodología de trabajo. Como director lo que me tiene más contento de este proyecto es haber potenciado nuevamente a nuestros profesores”.