Augusto Vilches Zamora, director de la Primera Compañía de Los Andes.
El Cuerpo de Bomberos de Los Andes-Calle Larga recordó a sus cuatro mártires, al conmemorarse los 33 años de la tragedia ocurrida el 25 de noviembre de 1987 en el sector de Las Vizcachas, camino internacional.
Ese fatídico día, marcado en la historia de la compañía y la institución andina, se produjo el volcamiento de la balsa en la que se transportaba un grupo de voluntarios por el río Aconcagua, mientras participaban en las labores de búsqueda del cuerpo de un camionero que supuestamente días antes había caído al torrentoso caudal a la altura de Río Colorado.
A raíz del accidente, perdieron la vida el ayudante Guillermo Alfredo Muñoz Rojas (28), el instructor de canotaje Gregorio Luciano Díaz Flores (34) y los bomberos Andrés Antonio Améstica Herrera y Carlos Alberto Rombado López (ambos de 19 años), quienes integraban el Grupo de Especialidades de la compañía.
“OFRENDARON SUS VIDAS POR LA CAUSA BOMBERIL”
Al referirse a esta fecha, el superintendente Enrique Muñoz Calderón indicó que es un día muy especial para la Primera Compañía y la institución al recordar la partida de los compañeros de ideales, que son un ejemplo de entrega y sacrificio que guía el desempeño de cada bombero andino.
La autoridad bomberil indicó que han solicitado al municipio un sector de uno de los bandejones de la avenida Argentina, en donde se tiene proyectado para más adelante construir la Plaza del Bombero y en la que se considera un lugar en recuerdo de los mártires.
“EJEMPLO DE SERVICIO Y DE VOCACION HACIA LA COMUNIDAD”
Por su parte, Augusto Vilches Zamora, director de la Primera Compañía Bomba Andes, señaló que hasta el día de hoy se mantiene el dolor por la tragedia que los golpeó.
“Con el respeto que se merecen conmemoramos con mucho sentimiento estos 33 años del fallecimiento de nuestros cuatro voluntarios, compañeros de fila, de ideales y personas que dejaron atrás a sus familias. Sin duda ellos son un ejemplo de servicio, de vocación hacia la comunidad y que nos otorga una meta a cumplir, que es el autocuidado, a seguir capacitándonos y para que, ojalá, nunca más escribir en la historia de los bomberos andinos el fallecimiento de voluntarios en acto de servicio”.
Agregó que “todos somos parte de una familia y como buenos primerinos nunca vamos a dejar de recordar a nuestros mártires”, afirmó.
También expresó palabras de respeto y honor a los voluntarios Marcos Fernández y Luis Mardones.