Indispensables para la continuidad de la cuenca del Aconcagua, dijo Javier Crasemann, presidente de la Primera Sección del río: En años de sequías, cuando no hay suficiente nieve, el agua del glaciar es la única fuente de recarga de los ríos y napas subterráneas. En la cuenca del Aconcagua se han destruido más 200.000 metros cuadrados de éstos.
A raíz de lo señalado por Codelco Andina en una reunión con dirigentes de Los Andes, diciendo que “el impacto que Andina hace sobre glaciares es muy acotado y que éstos hacen un aporte hídrico menor a la cuenca, a diferencia de la nieve”, el presidente de la Junta de Vigilancia de la Primera Sección del río Aconcagua, Javier Crasemann señaló que esa información no era correcta.
Explicó que al depositarse la nieve sobre un glaciar de roca (y no sobre un depósito lastre) ésta tiene mayores posibilidades de perdurar en el tiempo. “Al no existir el glaciar, el agua de nieve se diluye rápidamente”, señaló.
El cambio climático, los impactos de las faenas mineras, la remoción de roca, la construcción de caminos, el efecto de emisiones de material particulado han provocado la destrucción de los glaciares del Valle del Aconcagua, que son la reserva de agua dulce más valiosa en tiempos de sequía.
INTERVENCIÓN
Al intervenir y/o depositar lastre sobre los glaciares, pueden cambiar su forma, generando colapsos y desprendimientos dado que éstos se van moviendo. “Expertos que han trabajado con nosotros han sido enfáticos en decirnos que varios deslizamientos que llegan al fondo de un valle y genera inundaciones son causados por el colapso de los glaciares”, recordó.
Respecto a que la minería tiene un impacto menor sobre los glaciares, destacó que “hoy los glaciares han perdido, aproximadamente, entre los años 1955 y 2011 el 27,2% de la superficie y el 33% del volumen de hielo. Codelco ha declarado la intervención de glaciares hasta el año 2010 de 209,4 hectáreas (o 209.000 metros cuadrados). En estos cinco años se han seguido afectando y su daño es irreversible”.
Al respecto, subrayó la importancia de informar correctamente a la opinión pública, señalando que “los glaciares, sean blancos, cubiertos, y/o de rocas, sí son una reserva hídrica estratégica de la cordillera, lo que nos permite asegurar el agua potable”, enfatizó Crasemann.