Por: Dr. Denis Panozo Villarroel
La mitad de nuestro organismo está constituido por músculos, dentro de ellos se destacan más los músculos Esqueléticos, luego los Lisos y por ultimo nuestro musculo Cardiaco.
Símbolo de fuerza, éxito y belleza, los músculos constituyen la mitad de nuestro peso, son alrededor de 600 músculos de diferentes formas y tamaños desde un musculo pequeñísimo en el oído de tan solo milímetros de longitud, hasta el cuádriceps, medio millón más voluminoso. Su particular estructura les permite contraerse cuando son estimulados por los múltiples impulsos nerviosos, permitiéndonos movernos.
No es un secreto que los músculos son accionados por el cerebro, este les hace llegar las señales eléctricas a través de las fibras nerviosas, implicando a todos los 600 músculos esqueléticos que accionan nuestro esqueleto, permitiéndonos realizar múltiples y variados movimientos.
Además existe en nuestra economía la musculatura lisa que tapiza las paredes internas de los vasos sanguíneos, participando en el desplazamiento del flujo sanguíneo y su distribución por todo nuestro cuerpo, participando en mantener nuestra presión arterial. En el estomago y los intestinos que son responsables de nuestra nutrición porque reciben, trasladan y digieren los diferentes alimentos que necesitamos y votan los sobrantes. En el útero órgano femenino muy importante, donde se gesta la vida humana, es un gran musculo liso que trabaja arduamente durante el parto.
Además el exclusivo músculo cardíaco al cual controla los latidos y a pesar que es musculo estriado hay una gran diferencia, las fibras musculares de este órgano maravilloso están compuestas por muchas células individuales conectadas entre sí, pero no fusionadas como ocurre en la fibra esquelética.
Sin duda alguna, el ejercicio diario garantiza una buena masa muscular y retardan los envejecimientos de ellos, además en nuestra sociedad occidental, el cuerpo musculoso es sinónimo de salud, belleza y éxito. Por lo cual han florecido los gimnasios para acoger a todos los que desean alcanzar esas metas.
Pero hay que tener cuidado, una actividad que al principio parece inofensiva puede convertirse una terrible obsesión que los puede llevar al culto desmesurado al musculo que constituye el antesala de la vigorexia o dismorfia muscular, un nuevo trastorno mental cada vez más común, sobre todo entre los hombres. Los afectados se miran constantemente al espejo y se ven falsamente enclenques y para remediarlo pasan largas horas en el gimnasio, se aíslan del mundo que los rodea y siguen las dietas más extrañas.
Ciertamente, no solo de músculos vive el hombre, aunque aquellos fueran las herramientas que empleo el cerebro durante los 2 millones de años para convertirnos en la especie dominante.
Nuestra configuración muscular, al menos la externa ha sido modelada por la inteligencia.
