Por: Eugenio Astudillo Leal
Tolerancia: De acuerdo a la Real Academia de la Lengua se entiende como el respeto al pensamiento y a las acciones de terceros cuando resultan opuestos o distintos a los propios.
El concepto viene del Latín “tolerare”, que significa “soportar”, y se refiere al nivel de aprobación, admisión y comprensión de aquello que es contrario a nuestras creencias, moral, o valores, y la actitud que tenemos cuando nos enfrentamos ocasionalmente a estas actitudes lejos de nuestros principios y pensamientos.
No prestarle atención al prójimo o negarle el valor de lo que hace o dice, no es una actitud tolerante, sino indiferente y despreocupada, porque todo interlocutor serio, merece respeto y/u ojalá entendimiento, de lo que quiere comunicar o expresar, en otra palabra tolerar,
La tolerancia implica respetar y comprender los valores que motivan a los demás, no avasallándose de ninguna manera a sus posturas de supremacía o ideologías diferentes, pero si aceptándoles sus puntos de vistas que originan sus posturas.
Hago esta descripción de la tolerancia, para explicar el pensamiento de los intolerantes, los cuales cada día abundan más, no solo en nuestro país, pero sí en nuestros espacios públicos y privados, creando un sus entornos un clima de inseguridad y temor, porque por el solo hecho de que uno no piense como el predicador, él se siente con el derecho de agredirnos gratuitamente por todos los medios a su alcance, tomándose los espacios públicos, bloqueando las calles, tirándonos piedras entre la multitud – porque es parte de la intimidad de su cobardía, marcar nuestras casas y vidas con amenazas varias, tratando de imponernos sus pensamiento a la fuerza por medio de la descalificación, la creación de infamias sobre nuestras conductas personales, buscando destruirnos a toda costa, solo por no ser igual a él, y buscando nuestra destrucción por el solo hecho de no pensar como él.
Este remedo de hombre integral; como se define ante cualquier micrófono, que solo se impone por la fuerza y por el circunstancial poder que pueda tener, ya sea político, religioso, seudo filósofo o gubernamental, los vemos diariamente en representantes populares de gobiernos, congresos, u otros lacayos políticos multicolores, que se vanaglorian de defender grandes conceptos civiles y democráticos, que quizás ni siquiera entiendan, pero se sirven de ellos, para sentirse vigentes. Por eso a la primera objeción serias a sus idearios políticos u órdenes de partidos, se les sale la intolerancia por todos lados, y hacen gestos populistas, que lo más bien los podríamos hacer nosotros los ciudadanos normales, y que lo haríamos con conciencia; si amerita, y gratis, y no por ellos, que ganan sueldos millonarios por estar circunstancialmente dirigiendo al país a un futuro mejor (se supone), y lo más que hacen, es llevar haciendo puros gestos, payasadas y escaramuzas, para llamar la atención de una población que cada día los repudia más. Por ineficientes.
Ejemplo; Las olitas y contramanifestaciones que se organizaron e hicieron con muy poco apoyo ciudadano, por la visita del Presidente Bolsonaro al país, y la postura de los dos mandamases de un organismo que aún se autodefine con orgullo representante de nosotros, demuestra la intolerancia de aceptar que otro país vecino, por sus vías legales y constitucionales aprobadas por ellos, elija a una persona que piensa diferente a la forma corrupta de hacer gobierno que invadió a latino américa años atrás, lo que ha llevado en forma indesmentible, a que hoy varios países del vecindario tengan a sus ex presidentes presos o fugados, y los intolerantes se hacen los lesos y están calladitos, pero, nosotros, como opuesto a la nueva apuesta de pueblo brasileiro, y como grandes defensores de la limpieza moral y ética de los gobiernos, no vamos ni con vestido largo ni corto a su recepción oficial, es más ni siquiera mando la retroexcavadora, para desbloquearle el camino.
Demás está decir lo triste que fue ver; además, a nuevos diputados en la moneda pidiéndole al Presidente Piñera declarara persona no grata al mandatario brasileiro, elegido por mayoría absoluta en su país, como nueva esperanza.
Dejo claro que no defiendo la posición política del nuevo Presidente Bolsonaro, pero rechazo con vergüenza la desubicación nefastas de algunas altas autoridades del país, que no manejan bien el concepto de la tolerancia.
Señores del congreso, ahora que ya se fueron las ilustres visitas que llegaron a palacio, sáquenle lustre a los más de $ 10.000.000 que les damos mensuales, para que hagan algo serio por nosotros, los trabajadores, los jóvenes y los jubilados, que en días confusos votamos por ustedes. Si en un estado de conciencia real no saben qué hacer con la plata que virtualmente le regalamos mensualmente, vayan a Peñalolén, ahí hay un amigo Fuente Alba que sabe invertir bien con plata ajena. No se olviden que a muchos este regalo solo le va a durar cuatro años, sobretodo ahora, que nos han dado lección de intolerancia, lo que nos está llevando a que nosotros; los ciudadanos comunes y silvestres, seamos cada vez más intolerantes respecto a localidad de su representación.
Un nuevo intolerante.