Por: Doden
Al mirar el cielo en la noche estrellada puedes deleitarte con el tintineo que emiten las estrellas, lo increíble que muchas de ellas ya no existen. ¿Cómo puede ser? Simple esa luz que recibimos se emitió millones de año luz y están tan distante, en ese maravilloso universo, que recién la estamos recibiendo.
Esta realidad es tan así, que la rechazamos, porque nuestras vidas solo son millonésimas de segundos, es decir, insignificante frente a la maravilla del colosal universo.
Lamentablemente el ser humano persiste en creer que es inmortal, y que el poder y la riqueza se lo puede llevar a la eternidad. ¿Qué pena verdad? Que nada se ha logrado con los cambios y avances de nuestra civilización, el ser humano sigue tropezando con las mismas piedras. Al leer la historia de nuestros tiempo nos damos cuenta lo bárbaro que somos, siempre tratando de suprimir al otro, de adueñarse de lo máximo, sin importar los costos en vidas y sufrimientos.
Siempre aparecen líderes negativos con un don de convencimiento y no van a faltar los grupos.
Humanos habidos de sentirse util, valientes y se dejan seducir por esos discursos que los hacen sentir «los elegidos» por lo cual en ellos se produce un fenómeno, se pierde el reflejo vital, es decir, el deseo y la fortaleza de querer vivir, es decir tratar siempre de sobrevivir frente a cualquier hecho negativo que nos veamos expuesto y más aún de protejer a los suyos.
Lamentablemente los más débiles y expuestos son los jóvenes, que creen que en sus pocos años de vida, saben todo, más que sus padres y profesores, no razonan y menos escuchan. Solamente ponen atención a sus líderes negativos, que son mentes brillantemente perversos, son genios en la maldad y crueldad que alimentan y nutren los cerebros de estos jóvenes con esa basura, de tal manera que pierden su identidad, su familia, su todo y se trasforman en armas potentes y muy mortales.
Esas estrellas jovenes son deglutidos, al igual que en el universo por los oyos negros, por esas mentes malignas que le borran los recuerdos y los sentimientos, logrando que olviden que la vida es un regalo de dios para compartir con nuestros padres y seres amados, para disfrutar las maravillas de la naturaleza.
En nuestro andar siempre habra tormentas, pero siempre el sol saldra y brillará secando nuestras lágrimas y nos mostrará que no hay que llorar, tenemos y debemos gozar el presente, la vida no hay que cuestionarla, solo hay que vivirla, hay que disfrutar el día a día, aprender amar que es lo más hermoso y gratificante, que te llena tu ser por completo y te sientes pleno de alegría y de felicidad.
No tiene ninguna justificación tomar la vida de otros, solo por pensar diferentes, y menos crear caos, miedo e inseguridad quitando la vida a gente inocente de cualquier sexo y edad.
No permitamos que ellos nos destruyan nuestro hogar, hay que tratar que esas mentes malignas no logren inyectar su veneno en las nuevas generaciones.