Enfermedad crónica inflamatoria, de causa autoinmune, esquiva por momentos, fácil de confundir y difícil de detectar clínicamente. Ese es el lupus, patología que resulta complejo de comprender y asimilar porque se muestra “extraña” o “nueva” para quienes desconocen sus características. En este sentido, el Dr. Cristian Vergara, reumatólogo de Clínica Ciudad del Mar, explica de qué se trata, los problemas que conlleva lidiar con ella y los cuidados que hay que tener si es que ésta se manifiesta.
El lupus es una enfermedad autoinmune crónica, que en latín significa lobo; fue bautizada así por las características de las manchas en el rostro de los pacientes. A pesar de la agresividad en esta descripción, la realidad del lupus es distinta en cada paciente, quienes en su mayoría mantienen vidas completamente normales.
Esta patología se caracteriza porque el propio sistema inmune -encargado de defendernos- comienza a atacar e inflamar distintos órganos del cuerpo. La intensidad del daño y la inflamación de la zona involucrada es lo que determina las distintas manifestaciones clínicas de la enfermedad.
“Lo que sucede con esta patología es que el sistema inmunológico pierde la capacidad de diferenciar las partículas ajenas al cuerpo y sus propias proteínas, células o tejidos, provocando que éstos sean dañados por anticuerpos propios, lo que puede producir daño de piel, articulaciones, riñón, cerebro, pulmón y otros órganos”, explica el reumatólogo de Clínica Ciudad del Mar, Dr. Cristian Vergara.
Además, el especialista indica que a nivel internacional se estima que al año hay entre 7 a 10 casos nuevos por cada 100.000 habitantes, lo que transforma a esta enfermedad en una de mediana frecuencia, pese a que conlleva implicancias en cuanto a repercusiones en el organismo de la persona afectada.
CÓMO RECONOCER Y TRATAR ESTE MAL
Los dolores articulares, fiebre, dolor de pecho al respirar, pérdida de cabello más allá de lo normal, sensibilidad al sol, orina espumosa, enrojecimiento de la piel, especialmente en el rostro, dolor e inflamación de las articulaciones, cansancio y fatiga, entre otros, son las principales manifestaciones del desarrollo del lupus, que no necesariamente se presentan al mismo tiempo.
Si bien hasta la fecha se desconocen las causas del lupus, se sabe que en su desarrollo influyen factores hereditarios, inmunológicos y hormonales, como los estrógenos, por ello es que este mal es más frecuente en mujeres, siendo su aparición diez veces más común que en los hombres. Además, hay factores externos que pueden desencadenar la enfermedad, como el estrés, infecciones y también el uso de algunos medicamentos.
“Las expresiones en el cuerpo son variadas y similares a las de otras enfermedades, razón por la cual es difícil de detectar si una persona padece o no lupus. Por ello es que es clave contar con el historial médico y exámenes de laboratorio inmunológico y general, para establecer un diagnóstico y comenzar el tratamiento adecuado”, sostiene el profesional de Clínica Ciudad del Mar.
El lupus es una patología que no tiene cura en la actualidad. Sin embargo, al igual que muchas enfermedades crónicas, existen métodos para controlarla, como procedimientos médicos y farmacológicos. “En general, los tratamientos son variados y su elección siempre dependerá del grado de actividad y severidad de la enfermedad, junto con las necesidades y preferencias de cada paciente; las terapias e indicaciones médicas buscan mantener una vida lo más normal posible, con controles periódicos y en una estrategia que promueva el autocuidado y el enfoque multidisciplinario”, puntualiza el doctor Cristian Vergara.
En este sentido, el reumatólogo de Clínica Ciudad del Mar explica que es de vital importancia el control del lupus y de los posibles efectos colaterales de los medicamentos que se usan. Esto ya que, como esta enfermedad es de por vida, se requiere del compromiso de cada persona, su familia y el equipo médico.