“MARCELINO VIVE HOY A TRAVÉS DE NUESTRAS MANOS”

“MARCELINO VIVE HOY A TRAVÉS DE NUESTRAS MANOS”

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Hno. Angel Gutiérrez Gonzalo

Por: Hno. Angel Gutierrez Gonzalo

Hoy celebramos el 176 aniversario de la Pascua de San Marcelino, 6 de junio de 1840, fundador de los Hermanos Maristas quienes llevamos 105 años en Los Andes.

Brevemente, quiero recordarles algunos de los momentos de su vida. Nace un 20 de mayo de 1789 en una ranchería chiquita que llamaban: “El Rosey” por las rosas que lo adornaban. Marcelino tiene 15 años cuando llega a su pueblo un sacerdote en busca de jóvenes que deseen seguir a Jesús resucitado. Una mirada luminosa y profética de sacerdote se clava en Marcelino:

“Dios lo quiere, tú debes ser sacerdote

Yo te pido que seas generoso,

Hay gaviotas que esperan en la playa,

un maestro en los vuelos de amor”.

Marcelino se queda pensativo. Quema en un instante los sueños amontonados, acaba con los proyectos, ahoga las nostalgias. Sólo le queda una duda que le hace titubear. Tiene ya quince años y sólo ha estado unos días en la escuela. Ahora, para seguir el camino de Dios, tendrá que estudiar latín, filosofía, teología… Ruge la vida en su interior. “Todo saldrá bien, puesto que Dios me llama”. Y a ese Dios le dice:

“Si lo quieres yo seré tu mensajero, un

romero, entre lluvia, polvo y sol.

Peregrino que marche entre los niños,

ensayando las canciones con su voz”.

El 2 de enero de 1817, sin saberlo, sin quererlo, Marcelino pone su autógrafo en la historia. Compra una modesta casa al lado de la Iglesia y junto a dos jóvenes, Juan Bautista y Juan María, construye las bases de la Congregación Marista. Así de simple.

“Ni el halago cegó su entendimiento,

ni la prueba minó su libertad.

Fue un amigo de jóvenes inquietos

que a su lado tejían amistad”.

Padre Champagnat, te agradecemos que hayas llenado tu misión. Que hayas sido un hombre de verdad, un hombre de Dios.

Gracias también Marcelino, porque con tus hermanos, nos estás abriendo también a nosotros los pueblos de América, un camino hacia el porvenir.

Gracias a ti que sentiste nostalgia por esta nuestra inmensa tierra: América, Chile, la tierra abierta y tendida, buena para el esfuerzo y la hazaña. Toda horizontes como la esperanza, toda caminos como la voluntad.

La tierra de los innumerables caminos donde hace tiempo se pierden, rumbeando, las esperanzas errantes.

Apreciados miembros y amigos de la familia marista. Con alegría les invito a participar en las actividades que, la Comunidad Educativa y la Pastoral del Instituto Chacabuco, planifiquen en honor a San Marcelino, nuestro Padre y Fundador.

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