MÁS ALLA DE LA MUERTE DE UN BOMBERO

MÁS ALLA DE LA MUERTE DE UN BOMBERO

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Por Eugenio Astudillo Leal

El día 12 de febrero, en el Hospital Regional de Temuco dejó de existir el Voluntario de Bomberos de la comuna de Villarrica, don Nicolás Soto Estroz, de poco más de 20 años de edad, quien por cubrir a un compañero que iba a ser golpeado por el canastillo de un helicóptero de CONAF, en un incendio forestal que ambos combatían en la comuna de Nueva Imperial, no pudo evitar el duro golpe de ese elemento en él, quedando desde entonces; 03 de Febrero, con muerte cerebral, en donde la medicina, después de 09 días nada pudo hacer para salvarlo.

El joven bombero Soto, de breve y brillante hoja de servicio, aparte de haber jurado como prestador de servicios en forma voluntaria y seria, había previsto donar sus órganos; por si servían, en caso de fallecimiento repentino o accidental, y gracias a eso, a pesar de su muerte, pudo prolongar su presencia en este mundo, en los cuerpos de dos pequeñas criaturas, de menos de seis años, que recibieron como donación, sus buenos riñones, en las mejores condiciones, como le funcionaron hasta el llamado del más allá. Por lo menos un consuelo para su atribulada familia.

Comento esta acción de desprendimiento y amor al prójimo porque esta disposición no es algo excepcional en el corazón de los bomberos del país. Es algo que distingue sus vidas que sean así de generosos. Normalmente a su juramento de bomberos de “Dar la vida si es necesario en cumplimiento de su deber”, se le agregan varios otros compromisos personales, no solamente dentro de sus funciones bomberiles, sino que civiles, como ciudadano simple o cualquiera, en donde su bonhomía, sus variados compromisos solidarios con sus barrio y de permanente cooperación social, lo distinguen entre sus vecinos por su abierta generosidad, su prestancia para asumir responsablemente riesgos ante emergencias, y por sobretodo su humildad para servir al prójimo sin esperar recompensa.

Hoy la fatalidad ha golpeado las filas de una compañía sureña, lejos de aquí, pero chilena. Hace más de 30 años, la desgracia atacó en forma múltiple a los bomberos de Los Andes, llevándose la valiosa vida de 4 voluntarios de la Primera Compañía de Bomberos, que también ofrecieron sus vidas por ayudar a los demás. En esta oportunidad el Ministro del Interior y el Presidente de la República han ofrecido rápidamente sus condolencias a la familia en una acción que los distingue a ambos, adquiriendo el compromiso de beneficiar de alguna forma a la familia del voluntario fallecido. Otrora, en el caso acaecido en nuestra ciudad, en la desgracia que señalamos, después de muchos años el actual Alcalde, un periodo de ejercicio anterior de su cargo, declaró a los cuatro bomberos muertos en el Río Aconcagua como “Ciudadanos Predilectos”, reconocimiento póstumo, atrasado, no por su culpa, que vino a reparar en parte la ingratitud que a veces tiene la comunidad por la gente que verdaderamente se las juega por todos nosotros; los voluntarios de esta gran institución. El Cuerpo de Bomberos de Los Andes, a través de la Superintendencia de Valores y Seguros, y la Junta Nacional de Cuerpos de Bomberos, tramitó efectivamente una pensión de gracias para cada una de las familias de los bomberos andinos fallecidos.

Es lamentable la muerte de la gente joven, mucho más si pertenecen a una institución de principios valóricos a toda prueba como son los bomberos de Chile, en donde no existe el abuso, la corrupción, o el aprovechamiento del cariño y respeto que les tienen los ciudadanos bien inspirados. De seguro que a veces; como toda organización humana, se pueden cometer errores, o realizar acciones que por lo imprevistas en el fragor de una emergencia, pueden ser mal apreciadas por la comunidad, respecto a su cometido, pero lo más seguro, es que estas debilidades, dados la incertidumbre y los apuros en los cuales siempre se trabaja, sirven para mejorar y no perder el horizonte del compromiso contraído con la sociedad andina y del país, que es defenderla a toda costa de las catástrofes o agresiones naturales o provocadas en tiempos de paz.

El título de la muerte de un bombero no da para primera plana en cualquier noticiero o diario de circulación nacional, en donde generalmente se destaca el mal sobre el bien, sobre todo en los años que vivimos ahora, escasos de valores y sacrificios. Lo que hace que la entrega de la vida de un joven voluntario por una noble causa, en cualquier parte del país, no es tan relevante destacar como lo es cubrir noticieramente un Portonazo, Robo de Auto a mano armada, o desfalco en alguna Institución Pública o Privada. Quizá sea este hecho, el que la muerte de un bombero, con el lamentable resultado de conllevar un gesto orientado a hacer el bien a los formatos sociales establecidos por años en nuestra sociedad, este martirio no trasciende para los líderes de opinión, porque como ha dicho el gobierno muchos de estos incendios son intencionales. Es más, si acaso este martirio pasa la prueba de algo anecdótico, de seguro ya en una estará olvidado, y ningún político hablará de él en el Congreso, menos de los que deberían haber sido sus derechos humanos.

Por eso en esta columna destaco esta situación, porque me inquieta pensar que los gestos nobles de los hombres de bien, están cada día más en retirada, y al parecer por todos los hechos violentos que se ven ahora, ya existe fecha para volver a la edad de las cavernas, en donde las muertes, los robos, los delitos, y la perdida de los pocos valores conseguidos en 2.000 años se extingan.

Estimados padres y madres, les pido de corazón convérsenle este tema valórico y de heroísmo a sus niños menores. Indíquenles que hay otras formas de hacer el bien a la gente, además de rezar. Háblele de los bomberos de Chile, y dígales que hacer el bien es parte del camino correcto y lo que urgentemente la sociedad necesita.

Bomberos de Los Andes y la provincia, han acudido en muchas oportunidades en cooperación a emergencias en otras ciudades y/o regiones, y tiene equipos y personal especializado para muchas contingencias actuales. Los bomberos no solo son entusiasmo como aún algunos ignorantes dicen. Ellos estudian y con el tiempo se han convertido en profesionales de las emergencias. La diferencia es que su adhesión a la causa es voluntaria.

Mis agradecimiento a todos los bomberos voluntarios de Chile, desde Arica a la Antártida Chilena, que siempre están presente en temporales, incendios, inundaciones, terremotos, accidente vehiculares, emergencias hazmat, y en todo lo que la sociedad necesita. GRACIAS

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