Hicieron amigos, aprendieron y compartieron emotivas instancias con mamás, abuelas y cuidadoras
La primera versión del Programa de 4 a 7 del Servicio Nacional de la Mujer y la Equidad de Género llega a su fin en su primer ciclo de implementación en la ciudad de Los Andes. Más de 50 niños junto a sus mamás y cuidadoras protagonizaron este periodo, con una extensa programación de actividades, incluyendo paseos, celebración de fechas especiales y mucha diversión.
El objetivo del programa es contribuir a la inserción y permanencia laboral de madres o mujeres responsables del cuidado de niños desde los 6 a los 13 años, mediante el apoyo educativo y recreativo una vez terminada la jornada escolar. De lunes a viernes los niños llegaron hasta las dependencias del Liceo República Argentina, donde bajo el cariñoso cuidado de los monitores, pasaron tardes de mucha entretención, aunque también con momentos de enseñanza y conversación sobre la importancia de ser responsables con las tareas.
El alcalde Manuel Rivera destacó la posibilidad de poder contar con este programa en la comuna: “agradecido que estemos culminando esta primera etapa en que el municipio, junto a SernamEG, tiene la posibilidad de ayudar y darle oportunidades a aquellas mujeres que trabajan. Pudimos capacitar no solamente a las mujeres, sino que particularmente a estos niños que acá en el Liceo República Argentina estuvieron recibiendo toda esa ayuda complementaria”.
Una fecha muy especial fue la que los niños prepararon para celebrar el Día de la Mamá, compartiendo con sus mamás, abuelas y cuidadoras, una tarde de regalos y sorpresas haciendo de esta actividad un momento muy emotivo que sirvió para reforzar lazos de familia.
Para el gobernador Daniel Zamorano, el “4 a 7” es un programa muy relevante: “combina espacio para que los niños puedan crecer y además les entrega tiempo a las mamás para que puedan buscar un trabajo y así sentirse desarrolladas y plenas, involucrarse e ir emparejando esa cancha para que la equidad de género sea una verdad y no un discurso”.
No se trató sólo de “pasar tiempo” después del colegio. Se trabajó en generación de espacios para los niños cuenten con el tiempo y apoyo pedagógico para hacer frente a su escolaridad, por otra parte, con espacios para el uso del tiempo libre en actividades recreativas, deportivas, culturales o artísticas, explica María Eugenia Tabilo, monitora que compartió muchas horas con ellos: “hemos hecho variedad de talleres acerca del bullying, la inclusión, manualidades, cocina, deporte, es lo que más hemos podido aportar con los niños, además de orientación y revisión de tareas, ser un apoyo más que nada para las mamás”.