Mesa de Aconcagua y los desafíos para garantizar a todos el acceso al agua

Mesa de Aconcagua y los desafíos para garantizar a todos el acceso al agua

- en Los Andes
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En los últimos 10 años, hemos contado con la mitad del agua que la década anterior en la cuenca del río Aconcagua, pero hemos podido comprobar que si trabajamos juntos podemos llegar más lejos y enfrentar de mejor manera la magnitud de la sequía que estamos viviendo.

Hace pocos días el Ministro de Obras Públicas, Juan Andrés Fontaine, se reunió nuevamente con los representantes de las 4 secciones de las Juntas de Vigilancia del Río Aconcagua y Esval para realizar un balance de la operación del acuerdo suscrito en octubre del 2018 para la distribución del agua durante la temporada de riego, una de las cinco más secas de la cual se tiene registro.

Quienes hemos sido parte de esta Mesa protocolo, consideramos que ha sido un importante avance. De hecho, ya comenzamos a trabajar con miras a la próxima temporada. La continuidad del acuerdo es la consecuencia de perseguir en conjunto y con generosidad un objetivo común: garantizar el agua para el consumo humano y el riego de todos los usuarios de agua de la cuenca.

La sequía que afecta a la zona se tradujo en una menor disponibilidad de agua que en el mismo período anterior, pero este acuerdo permitió una mejor gestión del recurso hídrico gracias a la colaboración de las Juntas de Vigilancia, Esval y del Ministerio de Obras Públicas, a través de los aportes de la Dirección General de Aguas (DGA) y de la Dirección de Obras Hidráulicas (DOH), y del Ministerio de Agricultura, con la activa participación de la Secretaria Regional Ministerial de Agricultura y la Comisión Regional de Riego de Valparaíso

Además de la distribución de aguas superficiales, se incluyó en el Acuerdo la rehabilitación de pozos de extracción de aguas subterráneas y el monitoreo de los acuíferos, acciones de fiscalización y y control de extracciones realizadas por la DGA-MOP y las obras de infraestructura desarrolladas por la DOH-MOP y los usuarios, representados por las Juntas de Vigilancia y Esval.

Todas estas medidas y acciones realizadas contemplaron siempre que el agua para el consumo humano es prioridad. Esto se reflejó en que los Sistemas de Agua Potable Rural nunca se vieron afectados por la operación de los pozos fiscales de la DOH-MOP.

¿Son suficientes los avances logrados en la temporada de riego 2018-19?

Lo fueron para enfrentar la temporada pasada y estar mejor preparados para la próxima, pero aún queda mucho por trabajar. Todos coincidimos en la necesidad de proyectar en el mediano y largo plazo la sustentabilidad de la cuenca, lo que permitirá aumentar la superficie y seguridad de riego, junto con asegurar el consumo humano a través de los pozos del MOP y los administrados por Esval.

Se requieren embalses y otras obras de infraestructura complementarias de corto plazo y de largo plazo para cubrir las necesidades de todas las secciones del río Aconcagua en un escenario de cambio climático y eventos de sequía cada vez más frecuentes e intensos. El acuerdo suscrito ha permitido avanzar en la identificación de las obras necesarias y en la definición de un plan de trabajo conjunto que continuará durante el año.

En Aconcagua hemos visto cómo el mundo agrícola y el sanitario, el sector público y privado se puede unir y trabajar unidos por una causa común.

Mesa de Aconcagua

• Junta de Vigilancia Primera Sección Río Aconcagua

• Junta de Vigilancia Segunda Sección Río Aconcagua

• Junta de Vigilancia Tercera Sección Río Aconcagua

• Junta de Vigilancia Cuarta Sección Río Aconcagua

• Esval

• Secretaria Regional Ministerial de Agricultura de Valparaíso

• Ministerio de Obras Públicas

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