MI TESTIMONIO

MI TESTIMONIO

- en Columnistas
1490
Victor Cortés

Por: Ps. Víctor Cortés Zapata

Alrededor de poco más de treinta años después del Golpe Militar y relativamente cercano a una década de la entrega del Informe Rettig sobre Violación de los Derechos Humanos (DD.HH.) en Chile, se estableció un estudio investigativo psicológico y social con objetivos reparatorios y complementario al anterior citado, dando la oportunidad a cada víctima de la Dictadura, de entregar un relato personal sobre su tragedia, sin obviar ningún detalle, por truculento que fuese, como una sana medida de catarsis individual despojadora de miedos e inhibiciones perturbadoras, las que sumadas, debían convertirse en un mecanismo liberador y elaborador colectivo de traumas morales y físicos que, en muchos casos significaron y significan aún, daños neuropsicológicos persistentes en las vidas angustiadas de amigos, hermanos y compañeros en la lucha social.

La Comisión Valech I tuvo ese trascendental rol recogedor de las crueles , humillantes y muchas veces perversas vivencias experimentadas en cárceles, estadios y los más diversos y siniestros lugares secretos de detención, por los miles de sufrientes pero dignos connacionales que habían sido protagonistas del inédito, fraterno y mancomunado esfuerzo político, económico y social, por establecer una sociedad más humana y más justa, donde los niños aseguraron, por su gobierno, la entrega diaria de medio litro de leche, y los humildes pudieron llevar a su mesa familiar pollo y carne, y asimismo aspirar al derecho a la recreación en lugares municipales especialmente adaptados para el sano esparcimiento y que, ahora, derrotados, por la conjura internacional de la potencia mundial afectada en sus intereses económicos por la nacionalización del cobre, proceso que había sido aprobado unánimemente en el Congreso Nacional, en alianza militar y de la elite de la derecha económica y política nacional, organizaron y financiaron el Golpe, como así ha sido reconocido en el propio país del Norte al liberar documentos secretos de Estado, tres décadas después, podían sentarse frente al entrevistador y narrar libremente el oscuro tiempo de tortura moral y física vividas en manos de deshumanizados agentes de la Dictadura, con la excepción de los que estuvimos bajo solo el cuidado del Servicio de Prisiones de Los Andes ayer, hoy Gendarmería.

El día señalado, asistí a entregar mi testimonio a la Comisión Valech , el que tuvo un desarrollo de mutua empatía con la profesional designada para la entrevista. Fue un relato franco, deshinibido, facilitado por breves y oportunas intervenciones de la competente entrevistadora , quien en ningún momento mencionó si, al declarar, yo lo condicionaba a hacerlo bajo algún tipo de reserva. Al contrario, en mi espíritu estaba la idea de brindar una declaración fiel a los hechos, circunstancias y personas que determinaron mi detención y su transcurso, como asimismo lo que había sido la acción del fiscal militar, el Consejo de Guerra, el fallo del Juez Militar, y la posterior revisión legal del caso, luego de trece meses de pérdida de la libertad, y finalmente el fallo absolutorio reconociendo la ilegalidad de la prisión, liberándome, como si nunca hubiese estado como prisionero político.

Esa tarde, el 28 de noviembre de 1974, una joven, hermosa y noble mujer, junto a sus cuatro pequeños hijos, llegaba a buscar al padre ausente desde el 23 de octubre de 1973, quien al cruzar la cárcel andina en dirección al portón de salida, recibió el alegre y emocionado saludo de despedida de quienes eran los primeros jóvenes encarcelados por consumo de sustancia, gesto que agradecí conmovido. Al abrir la puerta de acceso a la ciudad, risas y lágrimas de alegría se mezclaron, al abrazar a los míos, recordando sus fieles visitas junto a las de mi hermano mayor y familia, pilares anímicos y gestores en la búsqueda exitosa de soluciones, en tiempos caóticos. Atrás quedaban grandes compañeros, por lo que sentí pena y compromiso. Luego, todo se resolvería bien. Es y será un recuerdo perdurable.

Todo ello formó parte de mi relato en la Comisión Valech, la que entre otros beneficios, me financió una Maestría, de alta significación profesional para mí.

Comenta en Facebook

Comentarios

Quizá te interese

Mis Historias, libro del andino Patricio Bonelli Canabes

Impreso en los Talleres de Gráfica LOM, Miguel