Apocalipsis 7,2-4. 9-14 ; Carta de san Juan 3,1-3 ; Mateo 4,25-5,12
Por: El Peregrino
Hoy las tres lecturas nos conducen a una reflexión sobre la Solemnidad que estamos celebrando: La Fiesta de Todos Los Santos. Canonizados y no pero que brillaron por vivir en grado máximo las Bienaventuranzas.
Es una Fiesta que nos transmite alegría y optimismo . Interesante sería para nuestro bien espiritual que leyéramos las páginas que el Catecismo de la Iglesia Católica al artículo del Credo “Creo en la Comunión de Los Santos” (CIC 946 – 962)
Si partimos con el apocalipsis vemos esa enorme multitud de creyentes que ya participan de la salvación tienen una historia “son los que vienen de la gran tribulación”. En el cielo se unen a los ángeles , los “ancianos”, los “cuatro vivientes” y todos adoran a Dios y le entonan himnos de alabanza.
La idea que más repiten las cartas de san Juan, es que somos hijos de Dios y objeto de su amor de Padre, se une hoy a la de nuestro destino en la salvación definitiva “ahora somos hijos de Dios y aún no se ha manifestado lo que seremos” cuando llegue el final, “cuando se manifieste”, “seremos semejantes a él, porque lo veremos tal cual es”.
Las innumerables personas que ya gozan de la plenitud de vida en el cielo, son nuestros hermanos. De la mayoría no conocemos sus nombres.
Hoy celebramos a todos, no sólo a los que constan en el santoral , sino a los que están en la lista de Dios, que son muchos más. El prefacio de hoy afirma que son “nuestros hermanos” “los mejores hijos de la Iglesia” y que “en ellos encontramos ejemplo y ayuda para nuestra debilidad”.
Son personas que han tenido los mismos oficios y las mismas dificultades y tentaciones que nosotros , que han seguido a Cristo, viviendo su evangelio, y ahora gozan de la plenitud de la vida en Dios.
En un mundo en que no abundan ni las noticias positivas ni los modelos de vida coherente, vale la pena subrayar lo que representan los Santos: un regalo de Dios a la humanidad y el mejor don del Espíritu santo a su Iglesia. Estas personas son las que nos devuelven la fe en el género humano. Conozcamos sus vidas y que sean para nosotros un ejemplo a seguir cada día.