Mediante una declaración pública, la Coordinadora de Migrantes de Aconcagua formuló un llamado a las autoridades pidiendo un mejor trato, respeto, una mejor ley migratoria, acceso a la educación, a la vivienda y el término de los abusos laborales y en los altos valores de los arriendos, entre otros, con la finalidad de sentirse verdaderamente integrados a la sociedad chilena.
La siguiente es la declaración mediante la cual exponen los problemas que los aquejan en nuestra zona:
DECLARACIÓN PÚBLICA
La Coordinadora de Migrantes de Aconcagua declara:
Somos una organización migrante, que nos hemos dado por lucha, el respeto de los derechos humanos que poseemos las y los migrantes de este valle y de este país que llevamos en el corazón.
La esperanza que poseemos las/los miles de migrantes que hemos venido, se ve afectada a diario por las condiciones de vida que poseemos en parte, por la existencia de una ley de migración inadecuada a la realidad actual de Chile. Esta ley, que data de un contexto histórico particular (1975), abre una serie de brechas, que se traducen en problemas sociales de envergadura, como lo son la vivienda, los abusos en el trabajo, y el acceso a la educación, entre otros. La tramitación migratoria por su parte, es otra de las grandes barreras que nos obliga muchas veces, a resignarnos a trabajos mal remunerados, sin ninguna consideración de nuestros capitales culturales o de nuestras reales capacidades.
En un plano más específico, las condiciones de vida de las/los migrantes, dependen en gran medida, de los gobiernos locales que decidan (o no) establecer políticas migratorias que promocionen la correcta integración social que todo ser humano merece. El Valle de Aconcagua, sólo cuenta con un municipio (Llay Llay) que ha iniciado este camino, y nos encontramos por tanto, frente a un vasto territorio, cada vez más poblado por nuestras comunidades extranjeras, carente de una acción conducente a estos procesos fundamentales para la sana convivencia en el seno de los barrios en los que residimos.
En San Felipe donde se concentra la mayor cantidad de migrantes en la provincia, numerosos han sido los casos en que gente sin escrúpulos, ve en este vacío de acción pública para la migración, una oportunidad para lucrar a costa del hacinamiento, las condiciones de insalubridad y gran precariedad con la que día a día, nos enfrentamos, sin posibilidad de arrendar otro espacio. Se juega y se gana dinero con nuestra urgencia de tener un techo, con nuestras barreras lingüísticas y culturales que nos hacen estar sin mayores referencias; y finalmente, se nos vulnera en nuestros derechos más fundamentales.
La estructura productiva de Aconcagua, cuyo pilar es la actividad agrícola, es otra fuente de ingresos para personajes como los llamados contratistas del agro, que vulneran los derechos laborales de los migrantes, haciendo descuentos en nuestros salarios, para pagar las inhabitables habitaciones en las que se nos obliga a permanecer, por no nombrar otras serie de irregularidades que han surgido a partir de esta necesidad de integrarse al mercado laboral.
Finalmente, las agresiones abiertamente racistas, y algunos conflictos barriales entre vecinos locales y migrantes, evidencian la necesidad de una gestión en el proceso de instalación de las comunidades migrantes, que hasta el momento sólo ha consistido en el desconocimiento mutuo entre vecinos y el nulo espacio para establecer nexos sociales básicos, de reciprocidad humana.
Es por esto y muchas otras problemáticas asociadas, que hoy, la Coordinadora de Migrantes de Aconcagua, hace un llamado a la ciudadanía, a las organizaciones sociales, y a las autoridades locales de los municipios de la provincia, a apoyar la creación de políticas migratorias en nuestros territorios, para generar comunidades interculturales, de real comunicación y respeto mutuo, del reconocimiento del otro, fundamental para una sociedad democrática, capaz de avanzar con su realidad. Lo contrario, la no integración de nuestras comunidades extranjeras, pueden derivar en catástrofes sociales, verdaderos guetos difíciles de reparar.
Proponemos que los municipios integren en el levantamiento de estas políticas, tanto a las comunidades extranjeras como locales, a fin de asegurar una acción pública efectiva, de largo aliento, transgeneracional, y que nos conduzcan a tener un Valle realmente solidario, y en donde los migrantes se integren con derechos y deberes, con la autonomía que todo ciudadana/o requiere, independiente de su lugar de origen.
Esta declaración no es un llanto ni un emplazamiento ofuscado. Es una pequeña muestra de nuestras convicciones, de nuestra dignidad que reivindicaremos siempre. Porque todos los seres humanos, nacionales o extranjeros, tenemos por base el reconocimiento de esa dignidad intrínseca del ser humano, por el simple hecho de serlo. Porque la libertad y la igualdad, son las bases fundamentales sobre las cuales reposan todos los derechos del hombre y de la mujer, y las leyes de esta nación.
Por el futuro de todas/os nosotras/os, Política migratoria en todo Aconcagua, reconocimiento y respeto entre los pueblos. Consolidación de un Valle y de un Chile Intercultural. Amor, paz, fraternidad.
Coordinadora de Migrantes de Aconcagua