En la comuna de Santa María.
Los trabajadores del grupo 4 de la Mina Rajo cada año organizan y regalan una fiesta de Navidad para niños y niñas de establecimientos vulnerables y que se encuentran en lugares apartados. Está vez se trasladaron al sector de Jahuel, en la comuna de Santa María, junto con el “viejito pascuero” y sus amigos duendes.
Por más de diez años, trabajadores del grupo 4 de División Andina, en su mayoría pertenecientes al club de fútbol Cordillera, recorren el valle de Aconcagua buscando establecimientos para apadrinar con una fiesta de Navidad, a sabiendas que en sectores rurales apartados y de escasos recursos muchas veces el “Viejito Pascuero” no alcanza a llegar.
Este año, los trabajadores se trasladaron hasta la comuna de Santa María, para realizar una gran fiesta navideña en el jardín infantil Campanitas de Jahuel de Santa Filomena. Ahí, niños y niñas, más sus familias compartieron de juegos inflables, bailes, dulces y golosinas, además de recibir la visita del “viejito pascuero” que llegó junto a sus amigos a dejar regalos por adelantado, a cada uno de los pequeños.
Eyleen Muñoz, directora del establecimiento, señaló que son 40 niños, más 12 funcionarios que integran la comunidad educativa, y que “el equipo estaba feliz cuando supimos de esta iniciativa de los trabajadores de Andina, porque son pocos los momentos en que podemos hacer este tipo de actividades, por la escasez de recursos”.
El trabajador y presidente del club, Jorge Sepúlveda, cuenta que cada año recorren y buscan un beneficiario. “Navidad es momento de agradecer lo que tenemos, de estar vivos y tener a nuestras familias en casa, esa alegría queremos contagiarla regalando un momento de fiesta a la comunidad y a estos pequeños”.
Si bien, en la fiesta de Navidad no pueden estar los 52 trabajadores del grupo, todos colaboran. Pedro Concha, especialista en carguío de la Mina Rajo, es uno de los organizadores, quien además ayuda atendiendo a los pequeños, disfrazándose para que todo resulte bien. “Me siento orgulloso de lo que hacemos como grupo, esto ayuda mucho al corazón. Uno se siente feliz, sobre todo cuando atraviesa por penas y tristezas”.
Diego Pineda, operador base, se incorporó hace ocho meses a la División y hace uno al club deportivo, aunque es el más nuevo, no titubeó a la hora de prestar colaboración, junto a su familia. “Me parece muy buena la actividad porque fomenta la unión del grupo, y uno al venir con la familia enseña a sus hijos desde pequeños que debemos ayudar al prójimo”.
Maria Inés Vega, es abuela de Bastián que asiste al jardín, quienes disfrutaron de la actividad. “Me parece súper bueno, la fiesta es preciosa y lo que están haciendo, porque ya no hay cosas gratis y ellos además están regalando tiempo”.