Dinámica conjunta con Cesfam Centenario une a dos generaciones de andinos en torno a la sana convivencia, los recuerdos, la confianza y el interactuar junto con aprender el uno del otro en torno a tópicos en común.
Desde temprano estudiantes de pre escolar y 4° año básico se acomodaron en la sala de enlaces de Escuela John Kennedy para poder navegar por internet, pero en esta oportunidad, junto con nuevos compañeros, se trata de integrantes de un club de personas mayores, quienes en duplas de un niño y un adulto compartieron una entretenida jornada.
Con la guía de profesionales del Cesfam Centenario, los más pequeños y ancianos pudieron aprender mutuamente en un proyecto que se viene ejecutando desde inicios de año y que en esta sesión pudieron conversar sobre un tema particular: el correo, haciendo la comparación entre la inmediatez de la actual generación y la expectación que generaba la correspondencia en años previos a la masificación de las redes sociales.
“Esto nace desde una iniciativa en conjunto con la escuela y mediante el Cesfam con el programa “Más adultos mayores”, con el cual estamos buscando vincular intergeneracionalmente a adultos y niños para crear una instancia de participación, integración y entrega de conocimientos”, comenta Víctor Hernández, director del Centro de Salud Familiar Centenario.
Es clave mencionar lo beneficioso de esta interacción, que en comentarios de los profesionales de la salud, ayuda al autoestima de las personas mayores y sobre todo el poder renovar conocimientos en torno a la computación, superando la brecha digital con ayuda de sus compañeros más pequeños. Por otro lado los estudiantes aprenden a escuchar, adquiriendo de esta forma valores como el respeto y la comprensión.
Luis Osorio, director de Escuela John Kennedy, da cuenta de la importancia que reviste que el plantel educativo se conecte con su entorno y que la comunidad reconozca al establecimiento como un espacio seguro y de encuentro, siendo esta dinámica un ejemplo de ello.
“Es sin duda una experiencia extraordinaria, ya que la comunicación es espontánea, son experiencias que se van contando intergeneracionalmente y para nosotros eso es muy significativo. Es emocionante ver como niños y ancianos se comunican en torno a un punto en común”.