Por: Marcelo Figueroa Vásquez, presidente de Asemuch Los Andes
La masiva manifestación pública en varias ciudades del país el pasado 26 de Marzo en rechazo al sistema de AFP, es la más grande desde el año 2011, cuando las marchas de los estudiantes y sus familias incorporaron el “no más lucro en la educación” a la agenda política.
La consigna sintética, simple, clara, pero profundamente sentida de NO + AFP se está imponiendo también en la agenda, sin que hasta ahora los grandes partidos políticos de Gobierno y oposición se hayan dado por aludidos. Tampoco se han expresado, sobre el tema, las numerosas precandidaturas a la Presidencia. Sospechoso, diría alguien por ahí.
Si Bachelet y su ministro de hacienda, Rodrigo Valdés, insisten en postergar el cambio del sistema previsional y dejarlo como tarea del próximo Gobierno (un ejemplo claro de la frase “chutear la pelota”), cometerán un error más, de tantos errores graves que han caracterizado a este equipo y que han llevado a la presidenta a los peores niveles de popularidad de un mandatario desde la vuelta a la democracia.
Ya en su primer Gobierno Bachelet creó la comisión llamada “Marcel”, presidida por quien actualmente encabeza el Banco Central, quien, para no involucrarse en una reforma real del sistema de AFP, solo propuso una pensión básica solidaria que actualmente llega a los 100 mil pesos mensuales.
Se invirtió tiempo y recursos y el resultado fue a la medida de los grandes grupos económicos que manejan las AFP. Sospechoso.
Es más, ni siquiera consideraron la propuesta de crear un sistema paralelo de reparto, propuesta por Conadecus, que hoy se impondrá ante el evidente fracaso del sistema de capitalización individual y ahorro voluntario. El experto en materias previsionales, Andras Uthoff, comparte ahora ese diagnóstico y propuesta.
Nadie opta al sistema de AFP voluntariamente, ya que es la única alternativa para quienes se incorporan al mercado laboral. Solo una minoría sigue estando adherida al antiguo sistema de reparto en las ya casi desaparecidas Cajas de Previsión, en las cuales se cotizaba en promedio 25% sobre las rentas. El IPS, que administra actualmente los restos del sistema de reparto antiguo, cuenta con la experiencia, la infraestructura y el personal para administrar un nuevo sistema de reparto, sin requerir aumento alguno de personal ni nuevas inversiones en sus oficinas existentes a lo largo del país.
El financiamiento de un sistema de reparto debe ser hecho por los trabajadores, los empleadores y el Estado en forma solidaria. También deberá estar presente la propuesta de Álvaro Gallegos, ex Superintendente de Pensiones, que propone crear un sistema especial para mejorar las pensiones actuales de los adultos mayores o de la cuarta edad.
Esta batalla por un nuevo sistema de convivencia y seguridad social está recién empezando y ocupará la agenda política hasta el 19 de noviembre, fecha en que se definirán las nuevas autoridades políticas.
Los trabajadores hoy demandamos de nuestras autoridades políticas, claridad respecto al tema AFP, los años pasan y son muchos los que hoy viven con las pensiones indignas entregadas por las AFP, en complicidad con la clase política y los gobiernos de turno.
Cuando se publican los balances o resultados trimestrales de las AFP y vemos las suculentas ganancias que ellas reportan a quienes administran nuestros fondos, podemos darnos cuenta del engaño y la falacia de un sistema que a lo único que apunta es a entregar pensiones indignas, mezquinas y que condenan a una vejez miserable a quienes trabajaron y aportaron al país durante toda una vida.
NO + AFP.
SI A UN SISTEMA DE REPARTO Y SOLIDARIO.