NO CONFUNDIR

NO CONFUNDIR

- en Columnistas
1440

Por: Dr. Denis Panozo Villarroel

Estamos en plena primavera con resto del frío invernal y escasa lluvia, que ha provocado el medio ideal para desarrollar las alergias estacionales que se complican con los cuadros respiratorios y que nos obligan a medicarnos con una variedad de remedios, tratando de frenar las molestias de estos, junto con diferentes brebajes que nos aconsejan. Lamentablemente hay una exageración y esto provoca que las molestias persistan, provocando el mayor malestar para uno al ver que a pesar de las medidas los síntomas no solo persisten, sino que se acentúan de tal forma que nos hace odioso el día a día. Esto tiene una explicación, hay un porcentaje alto de la población que padece de gastritis crónica, es decir, un estómago irritado por un exceso de acidez, que al recibir una cantidad de jugo de limón, naranja, junto a los medicamentos que son sustancias que están concentradas aumentan el incendio, provocando una mayor formación de gases, por lo cual se produce un reflujo gastroesofágico, es decir, el gas empuja el contenido gástrico por el esófajo, subiendo hasta la laringe provocando crisis de tos seca irritativa seca, es decir, sin secresiones purulentas y sin fiebre. Los gases que suben provocan un dolor retroesternal que nos asustan, ya que nos hace pensar que es el corazón que está reclamando, este reflujo o pirosis aumenta al acostarnos, ya que facilita el ácido los gases llegen a nuestra faringe y puede pasar a los bronquios, que reaccionan con tos y espasmos de sus musculos, por lo cual el lumen de ellos se estrechan y dificultan la respiración y aparecen los sonidos llamados sibilancias que es el típico ruido del asma.

Como ven no es simple pero si tienen una tos crónica, sin fiebre ni desgarros purulentos y que se acentúa al acostarse o al comer mucho y rápido, no vayan al brocopulmonar.

Comenta en Facebook

Comentarios

Quizá te interese

Mis Historias, libro del andino Patricio Bonelli Canabes

Impreso en los Talleres de Gráfica LOM, Miguel