NO LO PAGA MOYA

NO LO PAGA MOYA

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Eugenio Astudillo Leal

En la intersección de la calle Rozas con Puente, pleno centro de Santiago, existió por mucho tiempo una gran casa comercial llamada CASA MOYA, de propiedad de don Ramón Moya Lasalle, alcalde por dos períodos en la comuna de El Monte, quien a mediados del siglo pasado, para promocionar el negocio y sus productos crearon un concurso que decía ¡No paga Usted, PAGA MOYA¡, el que consistía que una vez comprado y pagada la mercadería, la boleta entraba en una tómbola de azar y si era seleccionada, entonces el valor de la compra la absorbía el establecimiento comercial, es decir MOYA, sin ningún costo para el cliente. Esta expresión, PAGA MOYA sarcásticamente fue tomada por un diario de la época, quien asoció el hecho a lo que sucedía con la caja fiscal de entonces, que ante cualquiera mala inversión o despilfarro de alguna autoridad de la época, esta debía ser asumida por el Estado, a quien, para estos dudosos pagos raros, simplemente se le asocio con el apellido MOYA, ya que silenciosamente, entre otras cosas, pagaba todo tipo de entuertos públicos y privados. Y así, hasta hoy día, con estos precedentes anteriormente descritos, aún queda en el recuerdo entre los más antiguos como yo, que cuando en cualquier gobierno de turno no se tenía claro de quien debía hacerse cargo de gastos o malas inversiones de partes de los organismos de su dependencia, la población generalmente reclamaba y coreaba; PAGA MOYA.

Hoy el actual gobierno de don Sebastián Piñera, debe hacer frente a decisiones sociales y económicas de profunda trascendencia en tiempos de paz para Chile. La primera es, la gran pandemia que todos conocemos con sus terribles consecuencias en vidas humanas y en el futuro desarrollo financiero de la república. Y la segunda es, que para evitar descalabros económicos que hipotequen nuestro desarrollo mediático y futuro como país, se deben tomar acertada y oportunamente todas las medidas administrativas y laborales pertinentes para soportar esta emergencia, en forma razonable y técnicas, que no perjudiquen la calidad de vida a los ciudadanos actuales del país, ni comprometan irresponsablemente el futuro del país, que ya no será de responsabilidad de MOYA, sino que, será de cargo de nuestros hijos y nietos, quienes tendrán que asumir la responsabilidad de MOYA para servir y financiar la gran deuda externa, que de todas maneras deberá adquirir el Estado, para enfrentar el desastre actual. No olvidemos que, todo recurso que gastemos en esto, sea bien o mal usado, se debe pagar igual a los prestamistas. Y como ya se ha dicho, al no haber un MOYA a mano, hoy se avalará y pagará esta gran deuda, con parte de nuestro futuro Producto Interno, por muchos años, cosa que tendrán que enfrentar y servir nuestros Hijos, Nietos, y los que vienen.

Por eso es importante que seamos prudentes en nuestras decisiones y actitudes actuales y futuras, considerando que ahora debemos vivir una época responsable de “apretada de cinturón económica”, aparte de cumplir todas las otras medidas sanitarias antivirus vigentes, y también, además, desde hoy, no encalillarse más allá de lo razonablemente, para no poner en riesgo el desarrollo próximo de nuestros vástagos, por lo cual, a esta altura del partido, debemos todos hacer un llamado a algunos líderes políticos y sociales de la oposición, en ser razonables en sus exigencias actuales respecto a medidas económicas de protección a los trabajadores y a la industria que poco a poco se van tomando, sin saber aún, en que terminará; y cuando, esta tragedia, y no andar tirando voladores de luces mentirosos sobre lo que se puede o no se puede hacer, en estos tiempos difíciles, ni menos azuzando a la gente a repetir los episodios del mes de octubre pasado, que; solo como referencia se dice, que costaron al país sobre los 300 millones de dólares, que de acuerdo al problema de financiamiento que estamos y viene, serán los últimos que pagará MOYA.

Se debe reconocer, eso sí, que actualmente existen líderes de la antigua concertación que se están alineando con el futuro difícil del país, en todos los aspectos, y están cooperando con Chile y su gobierno actual, dentro de lo que la ciudadanía quiere, y que no es nada más ni nada menos, que combatir acertadamente esta pandemia sanitaria y evitar a toda costa los efectos de una segunda la pandemia económica que afectará al mundo y a Chile, como consecuencia del ataque de este virus.

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