Por: Jorge Cienfuegos Silva, Académico Escuela Química y Farmacia U. Andrés Bello
Los medicamentos son venenos útiles nos dice el farmacólogo inglés James Black. Esto se traduce en que los fármacos nos pueden ayudar o dañar dependiendo de cómo los utilicemos. Es así como la noticia del aumento del consumo de antidepresivos y ansiolíticos, que puede explicarse por el estrés del último tiempo, que puede ser una «buena noticia» para el «mercado farmacéutico», nos puede estar dando -nuevamente- una señal de alerta de cómo abordamos nuestros problemas de salud mental.
El abordaje de prevención y promoción de la salud es algo secundario en los presupuestos de la nación, y acudir a profesionales de la salud mental pasa a ser un estigma asociado a la locura o desequilibrio. Así es, bienvenidos los locos que ven más allá de las vendas de lo normal. Esto va más allá del dime qué tomas y te diré que tienes.
Es necesario revisar el sistema de salud, y «el sistema» en general, desde una perspectiva donde la salud (incluyendo la salud mental) sea prioritario, comprendiendo así la frase de Schopenhauer: la salud no lo es todo, pero sin ella todo lo demás es nada.