Por: Dra. Fadua Latif, académica Tecnología Médica UNAB
Por estos días los contagios virales se multiplican en jardines, hogares y oficinas. Si bien a simple vista es difícil distinguirlos, existen algunas características que nos ayudan a entender, al menos, su comportamiento y cómo prevenirlos. Los Adenovirus son virus de tipo ADN y pertenecen a la familia Adenoviridae, mientras que los Rotavirus y Enterovirus, corresponden a virus ARN y se ubican en las familias Reoviridae y Picornaviridae, respectivamente. Los Adenovirus y Rotavirus son capaces de afectar tanto al hombre como animales, mientras que en el caso de los Enterovirus, el hombre corresponde al único reservorio conocido.
Si bien no presentan una marcada estacionalidad, ya que se diagnostican a lo largo de todo el año, suelen aumentar durante el período invernal, siendo el serotipo 7 el dominante en el caso los Adenovirus, responsable del 50% de las infecciones, seguido por los serotipos 2 y 1, causantes del 25%y 20%. En relación al Rotavirus, el serotipo preponderante es el G1P8, responsable del 46,2% de las infecciones diagnosticadas entre enero de 2010 y mayo de 2015. En el caso de los Enterovirus, el serotipo D68 ha adquirido importancia en los últimos años en nuestro país.
Son capaces de afectar al hombre a lo largo de toda su vida. Sin embargo, son altamente prevalentes en niños menores de 5 años, donde pueden provocar cuadros de tipo respiratorio y gastrointestinal, con sintomatología similar a la del resfriado común como fiebre, decaimiento, vómitos, otitis y faringitis. En casos extremos, las infecciones por Adenovirus pueden complicarse produciendo neumonia, meningitis y encefalitis, principalmente en lactantes e individuos inmunodeprimidos, así como deshidratación severa y meningitis aséptica o miocarditis en el caso de los Rotavirus y Enterovirus respectivamente.
La principal vía de transmisión es la fecal-oral y también mediante el contacto directo con secreciones de tipo respiratorio y fómites (pañuelos, juguetes, mamaderas) contaminadas con estas. El período de incubación para estos virus puede variar de 2 a 7 días, llegando incluso a los 14 días para las infecciones respiratorias por Adenovirus.
A pesar de que existen diversos tipos de métodos de diagnóstico, como el cultivo celular, métodos inmunológicos (Inmuno Fluorescencia Indirecta, ELISA) y moleculares (PCR y RT-PCR), éstos son escasamente utilizados, debido principalmente a sus altos costos y tratarse de métodos laboriosos. Ello se ha traducido en que tanto el diagnóstico como el tratamiento sean exclusivamente sintomatológico. Como medidas profilácticas destaca la higiene de manos y evitar contacto con elementos personales de individuos infectados. Sólo para Rotavirus existe una vacuna, la que es administrada a los lactantes vía oral, que ha demostrado una efectividad de un 98% en la prevención de gastroenteritis debida a este virus.