Por Edith Quiroz Ortiz, consejera regional, Provincia de Los Andes
Este 8 de marzo conmemoramos un nuevo Día Internacional de la Mujer. La historia nos recuerda que el 8 de marzo de 1857, miles de trabajadoras textiles decidieron salir a las calles de Nueva York con el lema ‘Pan y Rosas’ para protestar por las míseras condiciones laborales y reivindicar un recorte del horario y el fin del trabajo infantil.
En el tiempo y con dificultades, las mujeres hemos ido tomando caminos de desarrollo personal y por ende social, que nos han permitido grandes conquistas y mejoras en distintos ámbitos.
En lo personal, soy una agradecida de haber sido la primera mujer Gobernadora de la Provincia de Los Andes, haber tenido un paso por el Concejo Municipal de Los Andes y hoy ser representante de miles de ustedes en el Consejo Regional de Valparaíso. Juntas estamos trabajando por nuestros hijos, familias y por construir una realidad mejor. Por ejemplo, hemos conseguido que materias de seguridad y servicio social, también sean beneficiadas.
Personalmente, me encargué desde 2012 de luchar por el proyecto del nuevo cuartel para la Segunda Compañía de Bomberos, que dirige Selene Covarrubias, la primera mujer en ocupar este cargo en la “Pompa Roma” de Los Andes.
El año recién pasado por fin conseguimos los recursos y hoy vemos el edificio casi terminado en Avenida Hermanos Clark. Así mismo, me jugué con todo por sacar adelante el financiamiento para el nuevo cuartel PDI Los Andes, cuya Prefectura iniciará pronto sus obras. En días muy difíciles de pandemia, pudimos colaborar con los que más sufrían e impulsamos las ayudas que vinieron desde el Core, y así en muchos otros temas que no hemos descuidado y a los que he procurado poner la mirada que nos caracteriza.
Así como en el mundo de la política es difícil ser mujer, en otros contextos también resulta ser de esta manera. Durante estos años he trabajado con Juntas de vecinos, Clubes de adulto mayor y organizaciones de distinto tipo, y siempre encuentro mujeres esforzadas y luchadoras, llenas de esperanza y dedicación en el mundo del trabajo formal e informal, en lo social, la salud, la educación, la minería, la agricultura, lo religioso, las comunicaciones, etc. En cada lugar nosotras somos inmensamente necesarias y ponemos nuestro carácter distintivo.
Si bien hemos tenido avances en los espacios que hemos abierto, hoy la tarea sigue siendo clara, continuar trabajando para aportar y desarrollarnos en las diferentes instancias sociales.
Mis muy queridas amigas, les invito a seguir juntas en este camino, a contar con una más de ustedes en el largo y arduo trabajo de desarrollarnos e impulsar los sueños que tanto añoramos, respetando a los demás y convocando las voluntades para dar vida a una sociedad mejor.
