Por: Dr Denis Panozo Villarroel
EL Corazón es una bomba, que mueve desde mucho antes del nacimiento la sangre, que circula por nuestras arterias y venas, y la impulsa, cargada de oxigeno y nutrientes, a todo el cuerpo. Es un milagro de la naturaleza.
A veces, sin embargo, el corazón tiene defectos congénitos, que ponen en riesgo la vida del bebé, si es muy grave, actualmente realizan intervenciones quirúrgicas in útero, logrando de esta manera que el bebe nazca con mejores expectativas. Otras patologías congénitas, los síntomas sólo aparecerán mucho después. En Chile, cerca del 1% de niños que nacen cada año tiene algún problema cardiovascular que podría poner en riesgo su vida. Por suerte hoy nuestra medicina ha evolucionado y por suerte cuenta con las herramientas terapéuticas que permiten curar un buen número de casos y ofrecer a estos pequeños una vida en completa normalidad.
Nuestro corazón late entre 60 y 100 veces por minuto en circunstancias normales, si la frecuencia es mayor, más de 100, los médicos hablamos de taquicardia mientras si es menor de 60 le llaman bradicardia. Este músculo que se ubica en el centro de la cavidad torácica es cápaz de bombear unos cinco litros de
sangre por minuto, la que lleva el vital oxigeno hasta cada una de nuestras células, por eso es importante que los latidos cardiacos sean armoniosos durante toda la vida. Sin embargo, existen diversos factores que pueden acelerar o retardar la actividad de este músculo y provocar lo que médicamente se conoce como arritmia. El corazón es una bomba hidráulica que funciona por un estímulo eléctrico generado por el nódulo sinusal “una pila propia”, y transmitido por unas fibras especializadas. Las arritmias pueden surgir de focos o por cortocircuitos eléctricos intracardiacos. Se asocian a estrés, consumo de alcohol, cigarrillos o cafeína. Los síntomas habituales son palpitaciones, mareos, vértigo e incluso desmayos.
Todos sabemos que la primera causa de muerte en Chile está en las enfermedades cardiovasculares, un 20% de todas las muertes. Aunque los factores de riesgo son archiconocidos, colesterol elevado, hipertensión arterial, diabetes, tabaquismo, obesidad, sedentarismo, entre otros la enfermedad coronaria y otras siguen cobrando víctimas entre los chilenos.
Nuestro corazón es nuestro principal amigo y como tal hay que tratarlo, de otra manera se cansará de nuestra agresividad y nos llamará a terreno, y si no “estamos ni ahí”, simplemente se detendrá.-
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