Por: Denis Panozo Villarroel
Parece no creíble que nuestro cuerpo tiene un sostén óseo de 300 partes, que conforman nuestro esqueleto y dentro de este hueserío existe una conformación ósea importante porque es la viga que sustenta todo nuestro organismo, ella es la Columna vertebral formada por 24 vertebras que aloja a la medula espinal y genera los espacios para que salgan los nervios de esta estructura del sistema nervioso periférico y que van inervan todo nuestro cuerpo, permitiendo que tengamos nuestra sensibilidad y los movimientos necesarios.
Es claro entonces la importancia del esqueleto, y pensar que nosotros lo tratamos tan mal, pensamos que es de un material no destructible, por lo cual abusamos de ella a diestra y siniestra.
Entonces al pasar los años descuidando nuestro sostén, este comienza a reclamar y aparecen los dolores molestos que nos complican la vida y nuestros movimientos habituales se convierten en fuente de dolores y sufrimientos.
Debemos preocuparnos desde antes de nacer, porque nuestra madre no puede descuidar de aportar el calcio necesario para el buen desarrollo intra uterino, y continuar después en la niñez e infancia y adolescencia. En la etapa adulta la necesidad es menor porque ya es de mantención y no de formación como en las etapas anteriores.
En esta etapa de adultez hay que preocuparse de evitar su deterioro, evitando sobrepeso y mantener una dinámica muscular que permita que todas las articulaciones funcionen en forma adecuada, permitiendo la maravilla de poder desplazarnos y de realizar miles de movimientos que nos permiten realizarnos en esta aventura que es la vida, el moverse es signo de vida, por lo cual siempre debemos cuidar nuestro cuerpo para que nos acompañe sin provocarnos dolores y molestias que mermen nuestros desplazamientos.