Por: Javier Crasemann, presidente Junta de Vigilancia de la Primera Sección Río Aconcagua
Vemos con temor que Codelco Andina haya anunciado que hará un nuevo proyecto de expansión, ya no denominado 244 -¿122? o como lo llamen- y que pueda refundir las mismas insolvencias por las que el primero fue retirado del proceso de evaluación ambiental.
Una empresa estatal de tal magnitud debiera hacer un uso muy eficiente y responsable de los recursos de todos los chilenos, por lo tanto, si el proyecto de Expansión 244 carecía de importantes definiciones para las comunidades aledañas y tenía graves falencias en relación a la legislación ambiental, entonces ¿por qué deberíamos creer que este nuevo sería mejor?
En las observaciones que se les hizo, a través de las ADENDAS, quedaron muchas dudas sin resolver. Como Junta de Vigilancia del río Aconcagua les hicimos ver todas éstas, contratando a expertos en el tema, para mostrar cada una de las falencias medioambientales de este proyecto de expansión.
Si hoy ya intervienen y afectan a la cuenca del Aconcagua de manera que aún desconcemos por una serie de falencias en la fiscalización, con máyor razón lo harán si se amplían. Entre las principales afectaciones están: la calidad del agua (contaminación de ésta); la cantidad (efrentando 5 años de sequía y un cambio climático irreversible); y en la destrucción de glaciares (que son la gran y única reserva natural de agua dulce que tenemos). Esperamos que el SEA reconozca que los glaciares de río Blanco son considerados fundamentales, por lo que no pueden ser destruidos. No olvidemos que en marzo de 2015 estuvimos a punto de tener que racionalizar el consumo de agua potable en el Gran Valparaíso.
Esperamos que esta “nueva expansión”, ya anunciada, se someta esta vez, acabadamente, a la legislación medioambiental. Una empresa que pertenece al Estado de Chile, debe asumir que para ser un “Buen Vecino”, como dice serlo, es fundamental escuchar a las agrupaciones que conocen del tema y respetar las leyes vigentes, además de someterse, estrictamente, a las mismas regulaciones que el resto de los chilenos.
COLUMNA