Dr. Denis Panozo Villarroel
La Obesidad se define como una enfermedad crónica, caracterizada por el aumento de la grasa corporal, lo cual se asocia a riesgo de salud. Esta definición deja en claro que es el aumento del contenido de grasa en el cuerpo lo que marca esta enfermedad, pero no considera el hecho que la distribución de la grasa en el cuerpo tiene un rol claro en las patologías asociadas a este problema. Así por ejemplo, el acumulo de grasa a nivel abdominal y visceral tiene mucho más significado con relación al riesgo cardiovascular, que su distribución en otras áreas corporales.
La Obesidad es una patología compleja cuyo estudio ha tenido un fuerte desarrollo pero aún es incompleto. El conocimiento actual nos muestra que es una enfermedad crónica, de alta prevalencia, con morbilidades de alto costo, cuyo tratamiento tiene resultados inciertos, pero que es prevenible.
En 1997 la OMS incorporó a la obesidad al grupo de las enfermedades crónicas lo que implica que se requiere un manejo a largo plazo desde el punto de vista terapéutico y preventivo. Esto implica un cambio en el enfrentamiento de esta patología, tanto por el equipo de salud como por los pacientes, asumiendo ambos un rol de supervisión y cuidado permanente. Su prevalencia es variable dependiendo del país, grado de desarrollo, grupo étnico y nivel sociocultural, entre otros. En nuestro país muestra una prevalencia de obesidad de alrededor de 23% en las mujeres y de 15.7% en los hombres.
Los costos asociados a la obesidad, tanto directa como indirecta, son de gran magnitud, representando entre un 2 y un 7 % del gasto total de salud en los países desarrollados. Dado aún el incompleto conocimiento de la fisiopalogía de la obesidad, los tratamientos disponibles son inciertos en cuanto a su efectividad especialmente en el mediano y largo plazo. Basado en lo anterior, quizás lo mas efectivo hoy en día es realizar actividades de prevención, especialmente en niños, tendientes a lograr cambios en el estilo de vida que promueva la mayor actividad física y una alimentación saludable, factores críticos en el desarrollo de esta enfermedad.
La etiopatogenia (causa) de la obesidad aún no está completamente esclarecida, pero existe en la actualidad una fuerte investigación en esta aérea, reconociéndose la confluencia de factores genéticos y ambientales.
Para llegar a la obesidad es necesario obtener un balance energético positivo, es decir, la energía que ingresa al organismo es superior a la que sale. El ingreso está dado por la ingesta alimentaría y lo que sale por el gasto metabólico basal (gasto energético que permiten el funcionamiento de nuestros órganos, corazón, pulmones, etc.), la actividad física y la termogénesis (energía necesaria para mantener nuestra temperatura corporal). De esta manera, el exceso calórico se deposita en nuestro cuerpo como reserva energética en forma de grasa. Este balance calórico positivo se relaciona reconocidamente con numerosos factores, entre los cuales destacan la menor actividad física que se observa en el mundo moderno, la alimentación con alto contenido calórico, factores de origen ambiental, genéticos, endocrinológicos, psicológicos y sociales, entre otros, que interactúan entre sí para determinar finalmente el acumulo graso en nuestro organismo.
La Obesidad se asocia a Diabetes mellitus tipo 2, Hipertensión arterial, Dislipidemias (trastornos del colesterol), trastornos hormonales, patología osteoarticular, cáncer y enfermedades cardiovasculares y pulmonares, entre otras. Del punto vista psíquico, se asocia a diversos grados de trastornos del ánimo desde mayor ansiedad y angustia, hasta llegar a cuadros depresivos severos, también afecta el aérea social, en la cual lo más marcado es el aislamiento a que se ve sometido el obeso, junto con la discriminación que se manifiesta en distintos ámbitos.
Bien uno lee toda esta información y medita, como hacerlo, como cambiar nuestras rutinas, cuando en nuestra sociedad tenemos la costumbre de manifestar el cariño, la amistad, la alegría comiendo y aún más muchas veces todas nuestras penas e insatisfacciones buscamos consuelo comiendo. Todo esto demuestra que no es fácil para todos nosotros cambiar, pero tenemos que hacer el esfuerzo. Un consejo es claro que debemos gastar más calorías, es decir realizar más actividad física, de esta manera tratar de gastar todas esas calorías demás que nos comemos, otra idea coloquemos en diversas partes de nuestro hogar el siguiente mensaje, principalmente en el refrigerador “Debemos comer para vivir y no vivir para comer”.