Por: Lucho Muñoz “Alakrán”
Sin darnos cuentas, ya estamos a unos poquitos días de la navidad, la gente llena centros comerciales y comercios en general, tratando de encontrar esos regalos que le harán quedar bien, con la conciencia tranquila y con la billetera vacía.
Mucho hablamos de que los regalos ni el valor de ellos es lo más importante en estas fiestas, pero también todos queremos regalar y quedar bien puestos frente a nuestros regalones, parientes, amigos y compromisos en general.
Los valores de los regalos para los amigos secretos han subido ostensiblemente y ya no nos conformamos con cualquier cosita. Y en esa fiesta de fin de año, estamos expectantes para echarle una buena peladita a ese compañero(a) apretado y que no cumplió con la cuota exigida.
Muchos escolares ya están de nuevo en sus casitas, disfrutando de unas merecidas, y a veces no tanto, vacaciones. Sus padres se dan cuenta con esta presencia, que en realidad los profesores se merecen un sueldo mucho más alto, hay que tener paciencia con los regalones, mucha paciencia.
Nuestros vecinos argentinos, nos invaden día a día y se llevan todo, claro con el beneplácito del comercio que ve en las compras de nuestro “che hermanos” un alivio para sus expectativas económicas. Hay tantos de ellos, que el otro día me encontré con un chileno en el estacionamiento del Espacio Urbano, nos abrazamos emocionados y gritamos eufóricos el chi-chi-chi-le-le-le.
Me preocupa que, de a poquito y cada año más, el nombre de nuestro tradicional viejo pascuero empieza a desaparecer y está siendo reemplazado por Santa Claus y Papá Noel, muchos dirán que para el caso es lo mismo, la cuestión es que traiga regalitos, verdad. Y como somos copiones comemos pan de pascua y tomamos cola de mono, a pesar de sus inmensas calorías y de las altísimas temperaturas que estamos sufriendo, aaah.. y nos emocionamos escuchando esa dulce canción blanca navidad.
Bueno, ya somos así y contra eso no hay nada que hacer, de todas maneras, si nos acordamos, dediquémosle un tiempo también a recordar en familia a ese niño Jesús, que nació en Belén hace ya muchos años y que nos dejó un legado de amor y buena voluntad para todos los hombres, en su corta vida en la tierra.
También es muy bueno recordar a todos esos seres queridos que ya se marcharon y que con toda seguridad nos harán mucha falta.
Disfruten de la vida, entreguen mucho amor, aunque sea solo por estos días tan especiales, que tengan mucha paz y felicidad en Navidad, un abrazo para todos con mucho cariño y sería todo buena vida y hasta chao.