Por: René E. León G.
En la mañana del domingo, apenas Juan Pablo me llamó, haciéndolo desde tu teléfono, me di cuenta de que habías partido. Tu hijo, se encargó de comunicármelo. Sentí tristeza, inmensa tristeza pero que traduje, luego, en tranquilidad. Sufriste mucho, amigo, y por largo tiempo.
Hacía unos días te había visitado y tuve la dicha de entrar a conversar brevísimas palabras contigo. Tu rostro y tu cuerpo mostraban el deterioro avanzado que hacía que, aquel Nacho que conocimos hace muchos años, ya no fuera el mismo. Me impresionaba tu nivel de lucidez. Como todas las visitas durante tu enfermedad, me hacían partir con una amargura sin medida. El sólo aquilatar el dolor de Lily y de tus hijos, eran un desgarro del alma para quienes como amigos te apreciamos, siempre y sin condiciones.
Dios Nuestro Señor, quiso que tu alma partiera a su encuentro para compartir la gloria eterna. Honor, este último, que reserva a los buenos y justos de corazón.
Fuiste exalumno Marista comprometido al igual que tus hermanos Mario y Sergio. Tus hijos también fueron alumnos del Instituto Chacabuco de los Hermanos Maristas de la Enseñanza.
Nuestra ciudad, te cobijó y recibió de vuelta el trabajo denodado que tu inteligencia, calidad profesional, hombría de bien y de gran servidor público fue capaz de dar a la tierra andina que te vio nacer.
La lírica, supo de tus desvelos motivándote a crear, a mediados de la década de los 80’, la Agrupación Lírica de Los Andes. Amigas y amigos inquietos por el arte del bel canto se reunieron dando a la ciudad momentos de sublime belleza siendo una entidad que realzó notablemente el nivel cultural de la urbe andina.
Otra de tus participaciones geniales, fue el haber integrado desde muchos años una institución de servicio tan noble y distinguida como el Rotary Club, donde por casi 60 años entregaste tu trabajo, simpatía, amistad y solidaridad.
Durante la etapa de regionalización del país, te tocó formar parte de aquella pléyade de ciudadanos que, como Junta de Adelanto, lucharon para que Los Andes no quedara convertido en una comuna de San Felipe, disminuyéndole su relevancia en el esquema organizativo de nuestro país. Incluso, esos ciudadanos fueron amenazados con detención al ver las autoridades de esa época, el empeño que este grupo de selección ponía para evitar ese verdadero atropello, producto de decisiones adoptadas desde la cúpula gubernativa. Por ello, se organizó la Primera Filán, para mostrar la pujanza andina en el contexto regional. Finalmente, el trabajo de esos grandes andinos, culminó exitosamente y fue causa de que Los Andes, pasara a ser una provincia dentro de la nueva organización del país en regiones.
En 1988, fuiste elegido presidente de la Junta de Adelanto de Los Andes. Ese mismo año o el anterior, me cupo la suerte de ser miembro del directorio de esa organización. Por esos días, me tocó recibir una copia del texto de la Historia de Los Andes, escrita por el profesor Héctor Miranda Araya, en 1951. El manuscrito estuvo perdido y luego de años de búsqueda, dimos con esa copia, trabajo en que una larga lista de personas dio lo mejor de sí para ubicar ese texto.
Presenté a tu consideración y a la Junta, la idea de editar e imprimir ese libro para conocimiento de los andinos. Nacho, primeramente, y la Junta, me entregaron todo su apoyo y los fondos para iniciar de inmediato el trabajo de edición e impresión. Los Andes tuvo su Historia que se lanzó en 1989 como el primer homenaje al Bicentenario de nuestra ciudad que se venía en 1991. Para la ceremonia de lanzamiento del libro, fue él quien puso lo mejor de sí para que ese acto tuviera la relevancia que merecía. Posteriormente, otras obras se unieron a esa primera publicación.
La Junta de Adelanto de Los Andes de la que fuiste presidente te permitió concretar objetivos nobles y hermosos como, fue por ejemplo, la celebración del Bicentenario de la ciudad, en 1991. Gran parte de las ideas para generar actividades de celebración salieron de tu mente y de la misma Junta. Todas, salvo unas pocas, fueron acogidas por el Alcalde la época, Sergio Vargas Jara (Q.E.P.D.). Tu ciudad, logró festejar dignamente su Bicentenario. Durante ese período, la Junta organizó la Filán del Bicentenario. Todas las instituciones, empresas, Intendencia y otros organismos del Estado se hicieron presentes. Todas estas iniciativas y obras se realizaron bajo tu mano experta y dirigente.
En fin, amigo, hoy día nos invade la congoja por tu inevitable partida. Nos faltará tu sonrisa, tu palabra franca y leal, tu expresión clara y certera. Estamos unidos a tu querida familia, a Lily, a Nacho, a Pato y Juan Pablo, a tus nietos y sobrinos, en un dolor que a todos sobrecoge y traspasa pero que, es consecuencia de un cariño inconmensurable hacia lo que has sido y nos diste en vida. Es cierto, nos faltarás. Estarás ausente. Pero, nos dejas una gran herencia de vida, de valores, de consecuencia, honestidad, corrección, y de lealtad por los amigos que siempre antepusiste a cualquier convicción y que estará eternamente presente en los corazones de quienes tanto te hemos querido.
Jamás olvidaremos tu amor por la patria chica, por esta tierra andina que nos ha visto nacer y que, en 2012, te distinguiera como Hijo Ilustre.
Querido amigo: te digo adiós, por los días en que no te vea y te diré: benditas sean las horas en que te pueda mirar y encontrar. Te hemos querido, amigo, de todo corazón y, no creas que los hombres lo sienten menos por dentro, porque este gesto no pertenece a un hombre sin sentimientos. Espero que, en la eternidad, sigas siempre con esa cara sonriente y esa mirada alegre que nos prodigaste.
Descansa, Nacho amigo, en los brazos y la paz del Señor y de Nuestra Buena Madre María.
¡Algún día nos reencontraremos!