Por: Luis F. González Reyes
La frase, “Todos para uno y uno para todos” proviene del latín; de ella se ha dicho que constituye una especie de lema o divisa no oficial de Suiza, asimismo, se le vincula con la obra “Los tres mosqueteros” que eran en realidad cuatro; como quiera que fuese, la expresión “Todos para uno y uno para todos” alude a un gesto de exaltada unidad y de generosa fraternidad; lo contrario pareciera suceder, entre los candidatos – legítimos por cierto – al sillón alcaldicio en Los Andes.
La frase a la cual ya nos hemos referido parece haberse convertido en “Todos contra uno y uno contra todos” y, al tenor de algunas declaraciones de dichos candidatos, se asemeja más a la de “Uno para uno”, pero en caso alguno corresponde a la de “Todos para todos” que es evidentemente no solamente grupal, sino que unificadora e incluso igualitaria.
Finalmente –en la infinita posibilidad de alternativas y de opciones– se ha producido por momentos un lema semejante a “Ninguno para uno” y “Todos para ninguno”.
Hay sinrazones que han entorpecido aún más el proceso de dichas candidaturas, así por ejemplo, mientras un miembro ligado a una de esas candidaturas expresaba que el nombre de dicha candidata no había sido considerado para la encuesta, 24 horas después la misma candidata declaraba que su nombre sí formaba parte de la nómina. Para no ser menos ni parecer menoscabado, un dirigente de uno de los partidos públicamente expresaba que la encuesta no se había realizado, en circunstancias que el candidato que representa a ese partido declaraba que la encuesta ya se había hecho.
Pareciera ser como dice el Quijote, que los oficios y cargos “Entorpecen los entendimientos”, los ciudadanos comunes y corrientes que asistimos a esos hechos, no solamente permanecemos en un estado de estupor sino que de una crítica obvia y sensata frente a los medios, los modos y las maneras que se han empleado en este proceso. De más está señalar que las formas no son independientes de los fines que se persiguen, los cuales debiesen ser única y exclusivamente el bien común de los ciudadanos de la comuna, y no la de los partidos de los muy legítimos candidatos/as.