Un 24 por ciento disminuyó en enero pasado la afluencia de argentinos por el paso Los Libertadores en comparación con el mismo mes del año pasado, en lo que representa una paulatina disminución del turismo de shopping que se había iniciado el año 2015 con la fiebre argentina por comprar artículos electrónicos, de línea blanca y ropa a precios que en algún momento llegaron a tasas anuales del 123% generando un atractivo comercio principalmente en Los Andes y que luego comenzó a extenderse a San Felipe, Valparaíso y Santiago.
La caída en las ventas y en servicios como hotelería y gastronomía habían comenzado a descender a partir de agosto del año pasado, situación que se fue incrementando un mes tras otro en relación a iguales meses de 2017, principalmente en Los Andes donde ya no era tan masiva la presencia de argentinos comprando en el comercio establecido.
ERAN COMO PARTE DEL PAISAJE DE LOS ANDES
Tal como lo publica ayer El Mercurio, era común al principio del boom turístico de shopping ver a los vehículos argentinos rebosantes de mercaderías y que llegaron a convertirse como parte del paisaje en Los Andes, principalmente en los estacionamientos del Mall Espacio Urbano y en las calles y avenidas de la ciudad. Sin embargo, esto ahora es distinto, ya no se ven a estos vehículos en forma masiva, se nota que ha disminuido la afluencia y las cifras corroboran esto con la baja de turistas que ingresa por el paso fronterizo Los Libertadores.
PALIAR EL EFECTO CHILENO
La situación se explica porque el Gobierno del Presidente Mauricio Macri está adoptando medidas destinadas a frenar este éxodo comercial de los argentinos para liberalizar su economía y de esta manera paliar el efecto chileno de los bajos precios en ciudades limítrofes como Los Andes.
DISMINUCION LLEGA A UN 40%
El presidente de la federación de Turismo Aconcagua, Guillermo Zenteno, en declaraciones al matutino de la capital asegura que en Los Andes esta situación se ha traducido en una baja en la masiva presencia transandina que la entidad estima en un 40%. Zenteno señala que aún se ven argentinos comprando en las grandes tiendas, pero sus vehículos ya no son los mayoritarios en los patios de estacionamientos ni se les ve pernoctando en ellos, como cuando su número rebosaba la capacidad alojamiento en la ciudad.
El dirigente agrega en la publicación de El Mercurio, que los empresarios locales hicieron esfuerzos para aprovechar a estos nuevos visitantes, que antes pasaban de largo por Los Andes durante sus viajes veraniegos a la costa. Si bien la fiebre de compras argentinas benefició principalmente a las grandes cadenas comerciales, lograron también que aprovecharan de disfrutar los atractivos locales.
“Parcelas rurales, termas como las de Jahuel, gastronomía de cerdo, iglesias con raigambre colonial e hitos del paso del Ejército de losAndes atrajeron su interés como para pernoctar un par de noches y no solo comprar y marcharse”, cuenta.
FRENO A UNA HISTORICA EXPANSIÓN DEL AÑO PASADO
Concrétamente, lo que partió el año 2015 originando esperas para los automovilistas en Los Libertadores de hasta 15 horas para ingresar a Chile, ahora ya no es tanto, porque la caída anual del 28% en enero prácticamente puso freno a una histórica expansión en 2017 cuando las ventas en el comercio originadas por los argentinos llegó a US$ 252 millones, pero al iniciarse el 2018, la tendencia se acentúo con brusquedad. En enero, la baja llegó al 28%, frente a igual mes de 2017, cuando se vendieron US$ 41 millones.