Un estilo de vida saludable y un estricto control de factores de riesgo, son fundamentales para mantener un cerebro en buenas condiciones.
La Enfermedad de Alzheimer es la forma más frecuente de demencia en la población general. El síntoma más común y habitualmente el primero en presentarse es la pérdida de memoria, pero también pueden haber problemas de lenguaje, alteraciones de la conducta, dificultad para resolver problemas y tomar decisiones, y desorientación en tiempo y espacio; todo lo cual conlleva dificultades para realizar actividades de la vida diaria.
Las causas de la enfermedad de Alzheimer no están completamente dilucidadas, pero hasta ahora existe acuerdo en que la mayoría de los pacientes tiene una combinación de factores genéticos, ambientales y de estilo de vida, que pueden afectar al cerebro. Lo que sí está establecido es que se trata de una enfermedad progresiva y neurodegenerativa. Eso quiere decir que existe una pérdida de neuronas en áreas específicas del cerebro, asociado a depósito de proteínas, que dan cuenta de los síntomas presentados por los pacientes.
Dentro de los factores de riesgo hasta ahora conocidos, se encuentran:
* Edad: es lejos el factor de riesgo más común. La enfermedad de Alzheimer es mucho más frecuente después de los 65 años y se incrementa exponencialmente en el tiempo. Se estima que puede afectar hasta a la mitad de la población mayor de 85 años.
* Sexo femenino: se ve más frecuentemente en mujeres y estaría relacionado en parte a que son más longevas.
* Historia familiar y factores genéticos: el riesgo de Enfermedad de Alzheimer es más alto si un familiar en primer grado (padre/madre, hermano/hermana) ha tenido la enfermedad. Las mutaciones genéticas específicas son infrecuentes y dan cuenta de aproximadamente un 5% de los casos.
* Pacientes con deterioro cognitivo leve, principalmente de tipo amnésico (pérdida de memoria), tienen más riesgo de evolucionar a una Enfermedad de Alzheimer, pero no ocurre en todos los casos.
* Antecedente de traumatismo encefalocraneano grave o repetido.
* Estilo de vida: aunque no existe evidencia concluyente de que el estilo de vida pueda tener influencia, se piensa que los factores de riesgo cardiovascular también podrían incrementar la posibilidad de presentar Enfermedad de Alzheimer. Como por ejemplo: hipertensión arterial y diabetes, sedentarismo, tabaquismo, colesterol alto.
Si bien no hay una forma específica de prevenir la Enfermedad de Alzheimer, un estilo de vida saludable, con dieta balanceada, ejercicio acorde con la edad –por ejemplo, caminar-, asociada a un estricto control de factores de riesgo, como diabetes, niveles de colesterol e hipertensión arterial, son fundamentales para mantener un cerebro en buenas condiciones.
También se plantea que factores que pudieran reducir el riesgo son: un alto nivel educacional, un trabajo estimulante, mantener una activa vida social e intelectual, y realizar actividades de recreación, como lectura, escritura, juegos de ingenio o tocar un instrumento.
Tratamiento
Hasta ahora no existe un tratamiento curativo para esta enfermedad. La terapia farmacológica tiene como objeto el uso de medicamentos que retarden la progresión de la enfermedad y controlar otros síntomas asociados, como depresión, ansiedad, irritabilidad, agitación y trastornos del sueño.
Este artículo se desarrolló con la colaboración del Dr. Juan Ignacio González, neurólogo de Clínica Universidad de los Andes.