Dr. Jaime Contreras Pacheco, decano Facultad de Medicina U. Andrés Bello
El 11 de marzo y, por segunda vez en la última década, asumirá como Presidente Sebastián Piñera, y con él una nueva autoridad en salud.
Durante el gobierno que termina se dio énfasis en la construcción de hospitales y centros de Salud Familiar, y en la dotación de al menos mil nuevos especialistas por año de mandato de Bachelet. Las metas se lograron parcialmente, pero las insatisfacciones de los usuarios son cada vez mayores: Las listas de espera tanto de las patologías GES como las otras siguen creciendo; la atención en los servicios de urgencia demanda esperar muchas horas para que el diabético descompensado, la cardiópata mal manejada o el anciano con una neumonia adquirida en la comunidad, sea atendido. Por supuesto, nos referimos al sistema público de salud, que atiende al 80% de la población.
Para estos graves problemas, el programa del nuevo gobierno ofrece más y mejor gestión. ¿Bastará con eso? ¿No será necesario cambiar el foco de la Salud a nivel de la comunidad, buscando crear conciencia en la población de que todos somos responsables de nuestro bienestar y de alcanzar mejores índices en las condiciones de vida de los chilenos? ¿Trataremos con mejor gestión cada año a más diabéticos o nos ocuparemos de actuar preventivamente sobre las causas de esta epidemia mundial, mejorando los hábitos de vida, de nutrición, combatiendo el sedentarismo, castigando a la industria que fomenta el consumo de alimentos dañinos a la salud, en lugar de tranquilizarnos con una ineficaz ley de etiquetados? Por ello, parece más sensato que este nuevo gobierno enfoque sus esfuerzos a proteger a los ciudadanos con leyes eficaces, con educación desde la infancia, con fomento de la salud y prevención de la enfermedad a nivel de la comunidad, y con una participación responsable de las familias.