Por: María José Millán, directora Centro de Atención Psicológica UNAB
Rutina proviene de la palabra ruta, la RAE la define como costumbre o hábito adquirido de hacer las cosas por mera práctica y de manera más o menos automática. Las rutinas son importantes para el desarrollo de los niños desde su nacimiento, pero se vuelven trascendentales al momento del ingreso al sistema escolar, pues favorecerán la adaptación al medio (que exige seguir rutinas durante toda la jornada), el desempeño cognitivo (capacidad de poner atención, retener o memorizar, resolver problemas, etc.), la capacidad de integrar nuevos conocimientos y de ser creativos.
Rutinas y hábitos son importantes porque proveen a los niños pequeños la sensación de seguridad y control del entorno, les permiten saber qué sucederá a medida que pasa el día y disminuirá la ansiedad. Las rutinas enseñadas por los padres y los hábitos que pueda desarrollar cada niño tendrán un efecto directo en el desempeño escolar, si un niño no duerme la cantidad de horas que requiere su organismo o no se alimenta adecuadamente estará en desventaja frente a sus compañeros a la hora integrar y utilizar nuevos aprendizajes.
Por otra parte si un niño no ha desarrollado adecuados hábitos de estudio será difícil e incluso conflictivo hacer tareas, repasar o estudiar antes de las pruebas. Es recomendable educar en hábitos de estudio que promuevan que el niño repase la materia a diario en lugar de estudiar todo junto un día antes de una evaluación. También podemos establecer rutinas y hábitos poco saludables como acostarse tarde, ver televisión todo el día después de llegar del colegio, consumir sólo golosinas y comida chatarra. Estos hábitos tendrán efectos negativos en el desempeño escolar y en la rutina y relaciones familiares.
En general, se requiere entre 15 días y un mes el retomar o establecer rutinas, la adaptación puede ser más acelerada o progresiva según el tiempo que tengamos y las características de cada familia. Sin embargo, la progresividad es relativa porque si cada día cambia la actividad el niño no podrá prever qué es lo que se espera él y optará por hacer lo que él prefiere y en general esto será jugar en el PC o play, hablar por teléfono, etc., hasta altas horas de la noche, no hacer su cama, quedarse con uniforme una vez que llega a la casa, entre otros.