Como parte del Programa de Equidad Rural para mejorar condiciones de salud en zonas rurales a través de un enfoque familiar y comunitario.
En la comunidad precordillerana de Río Blanco se llevó a cabo la jornada de cierre de los talleres de zumba y scout dependientes de la Posta Río Blanco, iniciativas posibles gracias a la participación del centro asistencial en el Programa de Equidad Rural del Servicio de Salud Aconcagua.
Pía Astudillo, enfermera encargada de la Posta Rural, explicó que “el Programa de Equidad Rural propone superar las inequidades en salud detectadas en las zonas rurales, a través de la mejoría de condiciones críticas para la provisión de servicios a la población de mayor ruralidad del Valle de Aconcagua y generar condiciones para la aplicación del modelo de salud integral con enfoque familiar y comunitario”.
A través de la implementación del programa se espera mejorar las condiciones de funcionamiento de la posta, avanzando en el cierre de brechas de recursos humanos, calidad en la implementación del modelo de atención, medios de comunicación y transporte, ampliando las estrategias de trabajo comunitario.
En la ceremonia de cierre los participantes fueron acompañados por la Directora del Cesfam Centenario Los Andes, Johana Paredes, quien destacó el trabajo realizado, instando a los vecinos a seguir el alto nivel de participación en las distintas instancias.
Además de continuidad y calidad de atención, reforzamiento de los equipos, otro de los componentes aborda proyectos de trabajo comunitario. Fueron los mismos vecinos quienes decidieron implementar talleres de zumba y la creación del Grupo de Guías y Scout “Nido de Cóndor”, formado durante el segundo semestre de 2019.
Las clases de zumba se realizaron en las juntas de vecinos de Riecillo y Río Blanco, con más de 20 participantes en su mayoría mujeres, en tanto para el grupo scout se contó con la colaboración del Grupo Scout Pasión de Fátima, donde niños y niñas desde los siete años participaron de septiembre a diciembre, aprendiendo de la naturaleza, el entorno que los rodea, poniendo en práctica el compañerismo y otros valores.
Felipe Arias, caminante del Grupo Scout Pasión de Fátima dijo: “fue una buena experiencia, creo que hay que seguir con esto y que se sumen más niños”. En tanto Yohanna Carrasco, instructora del taller de zumba agregó: “hubo mucha participación, esperamos que se pueda postular nuevamente el proyecto. Estamos felices, las chiquillas quedaron muy contentas, esto ha sido muy gratificante”.