Estudio de la U. San Sebastián
Sondeo del Centro de Estudios de Derecho Público y Sociedad de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián establece que candidatos presidenciales reprueban ante la ciudadanía en cuestiones tales como cercanía, confianza y capacidad en escenarios comunes.
De cara a las elecciones presidenciales de noviembre próximo la desconfianza, en la relación políticos – ciudadanos, ha sido una constante que ha marcado la agenda pública en un hecho clave con miras a fomentar la participación eleccionaria. Sobre esta coyuntura, y buscando formas innovadoras de retratar este preocupante fenómeno, el Centro de Estudios de Derecho Público y Sociedad de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales de la Universidad San Sebastián desarrolló un estudio que evaluó, por primera vez, a los candidatos presidenciales en escenario de situaciones cotidianas. Para ello se encuestaron a 1.894 personas, todas mayores de 18 años, siendo un 58% mujeres y un 42% hombres.
Sobre el documento el Decano de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Rafael Rosell, explicó que “la mirada que queremos dar es desde la ciencia política y el derecho, lo que ha estado presente en la discusión pública tiene que ver con la crisis de confianza en las personas e instituciones en esta encuesta estamos focalizando en los líderes políticos. Estamos haciendo esfuerzos académicos para saber qué significa esta crisis de confianza y cómo dar algunas soluciones a un tema que redunda en nuestro estado de derecho y sistema democrático, el que se fortalece no con más parlamentarios sino con más confianza y mayor transparencia. Por esta razón ya realizamos un primer estudio donde medimos la confianza ciudadana en 27 instituciones y donde nosotros pusimos el foco en el evaluador y no en el evaluado, como ocurre habitualmente. En este segundo estudio lo que nos interesa es la perspectiva del liderazgo, porque los líderes generan más o menos niveles de desconfianza de manera que, desde lo académico, hacer propuestas de solución que permitan limar estas crisis de confianza y transformarlas en mejoras institucionales”.
Ante la pregunta “Quién le gustaría que fuera el profesor de su hijo” un 27% se inclina por el candidato presidencial de Chile Vamos, Sebastián Piñera, mientras un 13% opta por Alejandro Guillier y un 11% por Felipe Kast. Cabe mencionar que, después de Piñera, el segundo lugar lo ocupa “ninguno” con un 24% en algo que, dicho sea, es la única vez en que un aspirante a la Moneda supera esta opción.
Al avanzar en el sondeo la alternativa “ninguno” encabeza las preferencias en desmedro de los candidatos. Sin ir más lejos, y ante la pregunta “Quién le gustaría que fuera el suegro/a de su hijo/a” la opción “ninguno” alcanza un 38%, seguido por Sebastián Piñera con un 27%. Más abajo en la evaluación aparecen Guillier (10%), Felipe Kast (7%) y Beatriz Sánchez (6%).
En tanto, y ante la pregunta “A quién invitaría a pasar navidad con la familia” la preferencia “ninguno” alcanza un 33%, seguido por Piñera (22%), Sánchez (11%) y Guillier (10%). Por último, en la interrogante “A quién le confiaría sus ahorros” la alternativa “ninguno” llega al 52%, dejando en el segundo lugar a Sebastián Piñera con un 26%, seguido de Alejandro Guillier con un 5%.
Respecto al objetivo del estudio el Subdirector del Centro de Derecho Público de la Facultad de Derecho y Ciencias Sociales, Sebastián Sichel, afirmó que “lo más atractivo de hacer esta encuesta fue mirar de otra forma las decisiones que toman los ciudadanos respecto a sus líderes políticos. Lo natural es que hagamos una pregunta seca del tipo ´usted votaría por él sí o no´ el próximo domingo. Lo complejo es cuando queremos saber las causas que llevan a una persona a votar y nuestra encuesta fue eso: descubrimos las causas. Si la admiración intelectual, porque quiere ser profesor. Si es la admiración, por alguna simpatía personal. La admiración por incorporarlo a tu familia, queriendo que sea el suegro de tu hijo o la admiración para que administre tus bienes y tus cuentas. Esas cuatro perspectivas nos dan una mirada distinta de por qué la gente vota por alguien y nos permiten entender que, detrás de la decisión intelectual – programática, que es una decisión de una pequeña minoría de la elite, hay una decisión emocional: en quién puedo confiar. Y este estudio nos permitió auscultar eso: sabemos por qué razones alguien quiere votar por Sebastián Piñera, Felipe Kast, Manuel José Ossandón o Marco Enríquez – Ominami, etc. Y sabemos que esas razones hay que estudiarlas de manera más profunda para poder estudiar los comportamientos sociales y vincularlos a la confianza de las instituciones políticas”.
Dentro de las principales conclusiones que destacan en el sondeo se observa que el alto porcentaje de adhesión logrado por la opción “ninguno” se explicaría en la escasa o nula cercanía en la relación políticos – ciudadanos, desconfianza, y escasa percepción de capacidad que tienen las personas respecto quienes personalizan las candidaturas presidenciales. Además, el estudio establece que, en cuanto a la capacidad formativa que tendrían los candidatos, sólo Sebastián Piñera logra superar la opción “ninguno” siendo percibido como el más idóneo para desempeñar este rol. Por último, de las dos últimas dimensiones, se desprende un aumento en el distanciamiento entre ciudadanos y políticos dando cuenta que, la mayor alza, se encuentra en la pregunta de “ahorros” donde la preferencia “ninguno” superó en más de la mitad a las opciones presidenciables en base a las respuestas de los encuestados.
La metodología utilizada es de corte transversal, de alcance nacional y muestreo telefónico. La muestra comprende el período entre el 14 de junio hasta el 17 de julio. Las personas encuestadas fueron 1.894, todas mayores de 18 años. El estudio cuenta con un nivel de confianza del 95% y tiene un margen de error del 5%. Cabe destacar que, además de ser representativo a nivel nacional, es también significativo para las regiones Metropolitana, Biobio, Los Ríos y Los Lagos. En cuanto a GSE, se establece que un 12% corresponde al ABC1, un 26% al C2, un 27% al C3, un 27% al segmento D y un 8% al E. El rango de edad de los participantes ubica al segmento entre los 40 y 59 años en el primer lugar con un 44%, seguido por 60 o más con 31% finalizando con el rango 39 o menos con un 25%.