A una sentida manifestación de pesar dieron lugar el día de ayer los funerales del apreciado vecino de Los Andes, don Raúl Vidal Quiroga, comerciante de descendencia española cuya muerte ocurrida el miércoles enluta a conocidas familias y a la colonia española residente, como al mismo tiempo a sus numerosas relaciones y amigos.
Don Raúl Vidal Quiroga era el heredero de una antigua tradición andina ligada al Almacén y posteriormente Autoservicio Polo Norte que se encontraba ubicado en la intersección de las calles Esmeralda y Papudo, donde hoy se ubica el Restaurant Raconto.
El Polo Norte era anteriormente de propiedad de Nicolás Martelli, que primero estuvo en calle Esmeralda en la propiedad de José Miguel Quiroz. Posteriormente pasó a ocupar el local de la Joven América, en Esmeralda esquina Yerbas Buenas.
Pasan los años y el Almacén Polo pasa a poder de la Familia Vidal Quiroga, en la propiedad de Esmeralda con Papudo.
Raúl Vidal Quiroga era estudiante de ingeniería en la Universidad de Chile, cuando en 1948 al venirse de vacaciones a Los Andes, lo sorprende el fallecimiento de su tío Alberto. Su padre, Rafael Vidal, quien era socio y cuñado del extinto, le pide a su hijo que lo ayude a trabajar en el campo y en los negocios que tenía. Dos años después, en 1950, deja de existir su padre y con ello nunca más pudo volver a las aulas universitarias.
El Polo Norte, toda una tradición en el Comercio de Los Andes, terminó su larga existencia bajo la acertada conducción de don Raúl Vidal Quiroga y el valioso aporte de su esposa Cecilia, cuyo matrimonio tienen 3 hijos: Raúl, Rodrigo y María Paz, los cuales -cada uno en su medida- también trabajaron junto a un grupo de eficientes colaboradores, y entre ellos Alfredo Plaza, de larga trayectoria en el establecimiento.
Raúl Videal Quiroga, hijo de español, participó activamente junto a su esposa Cecilia en el Centro Español de Los Andes, y al momento de su deceso ocupaba el cargo de director honorario.
El día de ayer, luego del velatorio, se ofició una misa en la Parroquia Santa Rosa y posteriormente sus restos fueron conducidos al Cementerio Parque Valle de Auco, su última morada.
