Aprendizajes significativos fuera del aula, reconocimientos, participación en talleres, vínculos con importantes casas de estudios superiores de la región marcan un fin de año exitoso para el establecimiento andino.
Con las vacaciones a la vuelta de la esquina, la actividad no cesa en los establecimientos dependientes de la Dirección de Administración de Educación Municipal (DAEM) de Los Andes y Escuela Río Blanco es ejemplo de ello, plantel que este segundo semestre ha gestado proyectos que involucran a la comunidad en su conjunto.
Uno de ellos, es el taller de panadería “Amasando sueños”, iniciativa nacida desde la Escuela Río Blanco que cuenta con el apoyo de la empresa minera Anglo American, e incluye la participación de padres y apoderados.
Visitas a campus universitarios o talleres de robótica por nombrar algunas, también se han transformado en una pieza importante del proceso de aprendizaje de los estudiantes “Se trata de cambiar el aula, por un aula más grande. Cuando necesito que los estudiantes vivan experiencias que no se pueden en el aula tradicional, los llevo dónde corresponde, ya que más que aprender contenidos, necesito que ellos desarrollen habilidades”, enfatiza el director Claudio Sepúlveda.
APRENDER HACIENDO
Poder entender la física y la matemática mediante resultados tangibles ha sido uno de los principales objetivos planteados por el taller de robótica de Escuela Río Blanco, que ha tenido una atareada agenda este segundo semestre, llevando a sus estudiantes y profesor a cargo, Rodrigo Maureira, a competir en el torneo de robótica de Calle Larga el pasado octubre.
La programación es una de las habilidades fundamentales que se trabajan en este taller, esto basado en el concepto de modelamiento matemático, es decir, que mediante la realización de determinadas operatorias se puede generar un resultado visible.
Este trabajo le ha permitido al establecimiento asistir a presentaciones en el Centro de Investigaciones Aplicadas de la Universidad de Playa Ancha y contar con el apoyo académico del docente universitario Miguel Rodríguez, Profesor e Investigador de la casa de estudios.
“Llevamos cinco años con esta academia y partimos con pequeños logros que terminaron con reconocimientos por parte de la Academia Politécnica Naval, Conicyt y distintas ferias. Por lo tanto, el avance ha sido bueno desde el punto de vista de los resultados, pero lo más importante es que los alumnos se divierten y han asumido un rol que es admirable al enfrentar situaciones de problemas cuando ellos deben explicar sus proyectos”, relata Rodrigo Maureira, quien tuvo la oportunidad de exponer su trabajo en el Instituto de Matemáticas Aplicadas de la Universidad Católica el pasado jueves 5 de diciembre.
EL INTERÉS DE LOS ALUMNOS
Andrea Aguayo y Alejandro Navarrete, cursan quinto y sexto básico respectivamente, son parte del taller de robótica del establecimiento y se encuentran trabajando en un proyecto que será presentado en enero de 2020 en la Pontificia Universidad Católica de Valparaíso.
“Nuestro proyecto es sobre un robot que puede seguir distintos tipos de luces, en este caso la luz del sol. Usamos un programa y sensores para que según se vaya moviendo el sol, este se va girando”, cuenta Andrea. Su compañero, Alejandro afirma “que un principio no se iba a poder realizar debido a la complejidad de la tarea, pero ha sido uno los principales motivadores en seguir trabajando en este tipo de iniciativas”.