Pocos saben que el gran fotógrafo porteño, Ramón Albornoz Barrera, avecindado en Los Andes, aproximadamente desde 1914, en que recibió los fundamentos básicos de la técnica fotográfica del fotógrafo español Antonio Torrecillas y Luque. Desde ese momento, Albornoz, comenzó a trabajar en el arte fotográfico con especial dedicación hasta su sensible desaparición, en 1949.
Don Ramón, fotografió familias, niños, actividades deportivas y sociales, paisajes, escenas de la ciudad, de la cordillera y del Ferrocarril Transandino. Junto a él, trabajaron su esposa doña Ester Soza y sus hijas, en especial, Marta. Una vez, fallecido don Ramón, su familia preservó su legado fotográfico en la forma de unas 4.000 placas y algunas piezas en celuloide.
A través de la Fundación Procultura, dirigida por la conocida fotógrafa nacional Ilonka Csillag, se obtuvo financiamiento para la recuperación y puesta en valor de este verdadero tesoro fotografico andino en que se conserva parte de la historia de la ciudad. Este trabajo, está a cargo de Marcelo Mella Jara y René León Gallardo quienes han debido limpiar cuidadosamente cada placa para luego, clasificar aquellas de interés por su calidad artística, fotográfica o histórica, y para escanearlas en alta resolución para conservarlas en formato digital y guardarlas adecuadamente, en sobres libres de ácidos y polvo. Actualmente, se trabaja en la primera partida entregada por la familia para procesarlas.
Se ha contado con la especial y favorable disposición del nieto de don Ramón, Ricardo Rebolledo Albornoz, quien ha facilitado el material para trabajarlo con metodología técnica adecuada a la preservación de este valioso material.
Se trata de un trabajo lento, acucioso y de detalle. Hay placas en que sólo hay que sacar el polvo adherido a lo largo de los años. Sin embargo, hay otras placas cuya emulsión, ha sido atacada por hongos o elementos químicos que, a veces, hacen imposible la recuperación de su contenido fotográfico. No obstante, la mayor parte de las placas está en buena condición de recuperación.
Se trata de preservar parte de la historia viva de nuestra ciudad de Los Andes, de nuestra gente, de nuestros paisajes, de nuestras calles o de actividades sociales.
Se darán charlas en los colegios para mostrar a los alumnos el objetivo del proyecto y para informarles de la historia de este extraordinario fotógrafo andino de adopción. Posteriormente, el proyecto considera la edición de un libro que reproduzca una selección de las imágenes más importantes y representativas como también el montaje de algunas exposiciones para difundir el trabajo de don Ramón Albornoz. Esta selección, se ha ido haciendo a medida de la realización del examen y limpieza de cada placa o negativo.