Por: Jorge Peña Lucero, Comunicador Popular
La palabra felicidad, es una emoción que se produce en las personas cuando creen haber alcanzado una meta deseada, ésta suele ir acompañada a una condición interna de satisfacción, de alegría, que solo puede sentirse en el presente. La gente siempre busca la felicidad pero si les preguntas que es ser feliz no tiene idea, es por eso que podemos decir que la felicidad es un estado de ánimo momentáneo y subjetivo de la persona que se siente plenamente satisfecha por gozar de lo que desea o por disfrutar de algo bueno.
Cada uno tiene el concepto de la felicidad, el asunto es la diferencia entre tu concepto y tu realidad. Aspirar ser feliz es un derecho, hacerlo es un deber, ya que hay personas que intentando ser feliz logran ser infelices, por no saber que la felicidad es un sentimiento. Hay un dicho que te puede indicar lo que puede hacer la felicidad: “Dime cual feliz eres y te diré cual envidiado eres”… A la felicidad solo la podemos encontrar dentro de nosotros mismos, si así tomamos nuestra propia decisión. Felicidad es hablar con un viejo amigo después de un tiempo y sentir que nada ha cambiado.
Cada persona, decide o no, si quiere ser feliz. Con sus actitudes positivas, no dándose por vencido, luchar todos los días antes las dificultades, ir por la vida con la frente en alto, con una sonrisa para los demás, dando lo mejor de uno, se puede ser feliz con cosas muy simples y sencillas sin pensar en lo material. Dios nos regala el cada día, la fortuna de existir, el aire, el sol, la luna, las estrellas, el cielo el mar, la cordillera, la nieve, el agua, las flores, la sombra de un árbol, el rugir de las olas, el sonido del mar, el sonido de las gotas de agua al caer, la madre tierra con sus maravillas nos da felicidad.
Para Sócrates, la felicidad es un éxito interno y que reduciendo nuestras necesidades, podemos aprender a apreciar los placeres más importantes.
Para Platón es conocerse uno mismo y que es la sensación de plenitud, paz y serenidad que nos llena de alegría interior y nos permite disfrutar de la vida.
Para Aristóteles, la felicidad es la aspiración máxima de todos los seres humanos, se trata de un estilo de vida, donde se ejercita constantemente lo mejor que tiene cada ser humano.
Para Epiceno, filósofo griego, no creía que la felicidad viniera de lo espiritual, sino que también tenía que ver con más equilibrio terrenal. El equilibrio y templanza era lo que daba lugar a la felicidad, “Nada es suficiente para quienes lo suficiente es poco”. Pensaba que el amor poco tenía que ver con la felicidad, en cambio la amistad si, y la idea de que no se debe trabajar para obtener bienes, sino por amor a lo que se hace.
Para Nietzsche, la dicha significa estar “bien”, gracias a los sucesos favorables, o la buena fortuna, sin embargo, en cualquier momento puede terminar. La dicha es un “estado ideal de la pereza”, o sea no tener ninguna preocupación, ningún sobre salto. Ser “feliz”, es ser capaz de probar la fuerza, y poder superar las adversidades y el modo original de vivir.
Henry David Thoreau. “La felicidad es como una mariposa cuando más la persigues, más te eludirá. Pero si vuelves tu atención a otras cosas, vendrá y suavemente se posará en tu hombro”.
Para Slavoj Zizek, indica que la felicidad es un asunto de opinión y no un asunto de verdad. La considera un producto de los valores capitalistas, que implícitamente prometen la satisfacción eterna a través del consumo.