Enfrentar un mal resultado en la Prueba de Selección Universitaria es difícil y en algunos casos dramático. Por ello, una especialista de la U. del Pacífico recomienda que lo más importante es tener presente que el puntaje obtenido en la PSU no define las capacidades de una persona y eso debe ser transmitido claramente por los padres y adultos cercanos.
Con los resultados de la PSU en mano, ya es posible saber las alternativas a las cuales se puede aspirar. Para algunos jóvenes será un mero trámite para alcanzar sus sueños, pero para otros tendrá serias implicancias como tener que cambiar la elección de la carrera o, incluso, postergar planes.
En este último caso, la directora de la Escuela de Psicología de la Universidad del Pacífico, Carmen Gutiérrez, recomienda informarse adecuadamente sobre las alternativas de estudio que existen y evaluar la posibilidad de trabajar, pero descarta de plano que tomarse un año sabático sea la mejor opción.
Por otra parte, la psicóloga agrega que es importante que el joven sepa que los padres lo apoyan, que están orgullosos de él y que, independientemente de sus resultados en la PSU, puede contar con ellos. “Esto suele ocurrir en las familias en las que hay un diálogo abierto, franco y buenas relaciones interpersonales, a diferencia de los que ocurre en las familias más estrictas o cerradas, donde es posible que estos jóvenes se sientan más presionados, exigidos y con menos posibilidades de ser y sentirse respaldados por sus padres”, comenta.
En ese sentido, hay que tener claro cuál es el significado de la PSU. “El resultado de la PSU refleja el nivel de conocimiento adquirido a lo largo de su educación media. Es importante, por cierto, pero su importancia no excede los límites de lo que evalúa”, precisa la especialista.
Ahora, si el resultado no es el que se esperaba, la psicóloga recomienda, en primer lugar, evaluar las razones de ese resultado y diferenciar aquellas que se pueden modificar y aquellas que no. “Ese análisis va a definir los escenarios posibles y, con ello, los cursos de acción. Es importante que el proceso de toma de decisión se haga de la manera más informada posible, confirmar que se tienen todos los antecedentes a la mano. En otras palabras, es importante considerar que los resultados de la PSU no son los únicos elementos para decidir una acción posible”, plantea.
Al respecto, Carmen Gutiérrez plantea que hoy en día las instituciones de educación superior son muchas y muy variadas, pasando por universidades privadas, universidades pertenecientes al CRUCH, centros e institutos profesionales, por lo que es fundamental informarse. Incluso, algunas de ellas no piden puntaje de PSU.
Sin embargo, también hay que tener claro que estudiar no es la única alternativa. “Hay casos en los cuales la opción es trabajar, ya sea de manera definitiva o hasta que se reúnan fondos para hacer otras cosas, o resolver una situación personal o familiar coyuntural”, indica.
Sobre la opción de un año sabático, la psicóloga no lo recomienda en esta etapa de la vida. “Si pensamos en un joven que ha egresado recientemente del colegio, que está en proceso de construir su proyecto de vida, un año sabático, sin orientación, metas o propósitos, no es conveniente. Menos si la razón de ello es porque no pudo concretar sus planes. Los jóvenes necesitan estructura y un propósito. Si no pudo concretar su sueño, prepárese, haga lo que tenga que hacer para poder concretar su sueño”, concluye la docente de psicología de la Universidad del Pacífico.
· Enfrentar un mal resultado en la Prueba de Selección Universitaria es difícil y en algunos casos dramático. Por ello, una especialista de la U. del Pacífico recomienda que lo más importante es tener presente que el puntaje obtenido en la PSU no define las capacidades de una persona y eso debe ser transmitido claramente por los padres y adultos cercanos.