Por: José Ramón Toro Poblete, profesor Liceo Max Salas Marchan
Es la pregunta que hace doña Mercedes con sus mangas arremangadas mientras amasa y amasa para vender pan de navidad.
¡Mírame! Cansada, de tanto trabajar y para poder tener para comprar regalos tengo que llegar a amasar……
Teresa, que tenía una picardía sin igual, el chiste y la talla en la punta de la lengua, le dijo: “De verdad, pareciera, no todo es malo en Navidad.”
Deja ponerme de lado de los ricos, de los empresarios de los emprendedores como le llaman ahora a las personas que piden un préstamo para vender cositas y si no tiene patente vienen y le quitan toda la mercadería….
Mira, Mercedes, escucha mis razones…..haré el esfuerzo de ver todo lo bueno que se pueda rescatar en las calles, grandes centros comerciales y financieros y, en los medios de comunicación en tiempo de Navidad. Y, te las voy a enumerar una a una.
Uno: Navidad hace posible que muchas personas cesantes, tengan un lugar en una feria de una plaza o en un sitio municipal y obtengan ganancias en beneficio de su familia. Muy bueno.
Dos: Estas personas, a su vez, permiten que algunos municipios obtengan un ingreso extra en sus arcas, en beneficio de la realización de una gran fiesta pirotécnica a las cero horas del 31 de diciembre. Otro gran beneficio, que da alegría a muchas familias. Muy bueno.
Tres: Navidad, es una gran ocasión para que la creatividad del hombre, sus avances y logros tecnológicos, sean puestos en vitrinas y satisfagan algún tipo de necesidad en su hogar, en su trabajo o una necesidad personal. Muy bueno.
Cuatro: Pero, como no todos tienen un poder adquisitivo o liquidez, en Navidad, las financieras, las grandes cadenas comerciales y los bancos, se esmeran en proponer una serie de alternativas de créditos, posibilitando que cualquier ciudadano pueda comprar y ser feliz con una tasa de interés “conveniente”. Muy bueno.
Cinco: Navidad es el tiempo propicio para que las personas sientan en lo más profundo de su ser que son generosas y busquen, caminen y caminen, viajen, naveguen en internet buscando un regalo para su ser más querido, para un amigo o, para un hijo que solo alcanzan a saludar por las noches. Muy bueno.
Seis: Navidad es el momento propicio para que la prensa ayude, con utilidades, a los miles de millares de potenciales compradores para que tomen una decisión de compra bien informada. Muy bueno.
Siete: Navidad, gracias a la televisión, nos ubica en un contexto especial donde muchos, ¡Miles! Compran y, donde esos cientos de miles (que muestran los noticiarios), pareciera, económicamente están muy bien. Navidad sirve para mostrar un país próspero y en pleno desarrollo. Muy bueno.
Ocho: Navidad permite que los supermercados y grandes centros comerciales, incrementen sus ventas, obtengan utilidades y, los que arriesgan capital generando nuevos puestos de trabajos, se vean recompensados. Muy bueno.
Nueve: Navidad, permite que muchos ancianos de barba blanca olvidados en un hogar, se disfracen de “viejito pascuero” y se sientan importantes colmando de felicidad a los miles de niños que se sacan una foto junto a él. Foto, cuyos padres compran, dando trabajo y ganancia a fotógrafos con máquinas digitales de última tecnología. Muy bueno.
Diez: Navidad permite que muchos adolescentes y jóvenes, tengan un trabajo extra y un dinero no esperado para comprar, con descuento especial y, en el mismo local donde trabajan o empaquetan los regalos, un obsequio para su mamá o para alguien especial. Muy bueno.
¿Ve pues doña Mercedes, que no todo es malo?
El único problema es que casi me convenzo que no todo es malo, a no ser por una pregunta:
¿Quién se ha dado el trabajo de esconder al Niño Dios para que no moleste en las calles incomodando a los compradores, centros comerciales y conciencias?…
¿Quién ha escondido al Niño Dios?
Dónde estará?