¿Quiénes son los culpables del estallido social en Chile?

¿Quiénes son los culpables del estallido social en Chile?

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 Por: Nelson Aquiles Soto Aguilera, ex Consejero Nacional Federación de Trabajadores del Cobre

Ha pasado más de diez días de estallido social en Chile, iniciado por jóvenes estudiantes que reclamaban por el aumento de $ 30 pesos de los pasajes del tren metropolitano (Metro), y que desembocó en lo que todos ya hemos conocido: declaración del estado de emergencia; salida de los militares a la calles; violación de los derechos humanos; saqueos, incendios y robos a la propiedad pública y privada, todo ello como consecuencia de la expresión pacifica de millones de ciudadanos que salieron a marchar en todo el país en contra de las políticas neoliberales implementadas durante el gobierno de la dictadura y administradas y profundizadas durante los gobiernos de la concertación y de la nueva mayoría, asi también los dos gobiernos de Sebastian Piñera.

Sin embargo, después de los más álgidos días de estas protestas ciudadana, donde aún no aparece un líder o movimiento que administren este descontento, si que hemos visto, como paulatinamente están apareciendo los políticos tradicionales, que más que son soluciones, son gran parte del problema, donde los medios de comunicación por años le han dado tribuna, y que en esta ocasión no es la excepción, se plantean dando recetas del cómo solucionar este vacío de poder que existe en nuestro país, y de esta manera llevar el agua a sus molinos.

En relación a lo anterior, me he hecho la siguiente pregunta, ¿Quienes tienen la culpa de este torbellino de descontento social en nuestro querido Chile?

Al escuchar a las autoridades de gobierno, oposición, políticos y empresarios, pareciera que solamente ellos sean los responsables confesados por ellos mismos, sin embargo, mi modesta opinión somos los millones de chilenos que nos dejamos pisotear y manejar social y políticamente, por las autoridades de gobierno que tuvimos desde los año 90 a la fecha, donde era vos populis las postas de cargos que hacían las nuevas autoridades, que se transformaron en ¨Golpistas Democráticos¨ donde muchos de ellos se traslapaban y trasladaban años tras años, entre cargos del sector público, y en otras oportunidades en cargos del sector privado, donde ningúna autoridad de los gobierno de turnos, se atrevió de sacar a esta ¨Ingundia del Consomé Helado¨, con una cuchara, para limpiar el aparato estatal, conocidos también algunos como operadores políticos.

Sin embargo, el descontento ciudadano se iba encubando, y cuando los gobiernos de turno visualizaban indicio de un malestar mayor, bajaban las tensiones inventando bonos, como por ejemplo el bono marzo, bono que después algunos sectores de la población, se atrevían a criticar diciendo ¨ la gente pobre tiene muchas ayuda del estado y nosotros la clase media no recibimos ninguno¨, con esas expresiones se vienen al recuerdo la famosa frase del Presidente Arturo Alessandri Palma, cuando se dirigía al pueblo, diciendo ¨Chusma inconsciente¨ y el pueblo le respondía ¨viva Don Arturito¨, en otras palabras estos hechos demuestran claramente el individualismo y el servilismo que existe en nuestro país y que espero se minimice como resultado de este torbellino social.

Pero ello no son solo los responsables, hemos sido nosotros el pueblo, especialmente, los trabajadores y los pobladores, que hemos validado este estado de cosas, desde nuestra base como tales, en nuestros puestos de trabajos ¨organizados en los sindicato¨, afiliados a Confederaciones, Federaciones y Movimientos de Trabajadores; así también en las poblaciones, ¨organizados ¨ en las Juntas de Vecinos¨, afiliados a las Uniones Comunales.

Pregunto, a la población ¿cuanto tiempo llevan los dirigentes que los representan en estas organizaciones antes descritas.? ¿Han hecho algo para remplazarlo por nuevos lideres? ¿Se han organizado para hacerlo?

Contestando la última pregunta creo que no, y es asi que se me viene a la memoria la fábula de la rana en la olleta de agua tibia y que por más de 30 años vivió una zona de confort, sin atreverse de dar un paso, para producir el cambio de sus propia naturaleza.

¨La fábula dice que había un grupo de personas perteneciente a una organización sindical, quienes por años se sentían cómodamente cobijados en una gran olla con agua bastante tibia.

Dicha organización sindical cada cierto año tenía que renovar su directiva, siendo recurrente entre muchos trabajadores comentarios que pensaban y decían siempre en cada proceso eleccionario:

¨ Esta es la oportunidad, cambiaremos a toda la directiva ¨

¨No queremos más de lo mismo¨

¨Ahora sí, que formamos un grupo y lleva muy buen candidato a este lo apoyaremos¨

¨Estos candidatos sí representarán nuestra faena debemos votar por ello¨

¨Los candidato x son la mejor opción para cambiar el liderazgo del sindicato¨

¨ Si más vamos a cambiarlos a todos¨

¨Todos los dirigentes actuales se deben ir para su casa.

A estas expresiones se agregaban los desprestigios personales, azuzados por los que mantenían el poder, desprestigiando a cuadros que podrían florecer.

A todo lo anterior florecen ¨también el individualismo en mucho de los candidatos, estando ausente la propuesta de formar equipos de trabajo.

Durante el proceso aparecen también como si la nada un alto número de candidatos, que por supuesto, permite aplicar la lógica dividir para gobernar, vale decir, mientras más candidatos existan, menos favorecen el cambio que se dice pregonar, manteniendo el statu quo de quienes por años dirigen la organización.

Mientras tanto la gran masa se convence que su acto democrático participación real, es ¨ir a votar y solo esperar resultados de dichas elecciones¨, manteniendo su espacio de confort en esa olleta con aguas tibiecita, mientras en el exterior llueve y nieva sin parar.

Finalmente terminadas las elecciones los resultados como siempre no dan gran sorpresa, siendo reelectos lo mismo de la cual la gran masa de trabajadores pretendía renovar, ante la cual la mayoría de los trabajadores insertos en esa organización fuera de sorprenderse de los resultados, mantiene su espacio de confort, en esa olleta de aguas tibias, esperando una próxima elección, sin saber que debajo de la olleta, hay fuego alimentado con bastante leña la que al final calentará el agua al máximo, teniendo como resultado que terminarán todos cocinados por no atreverse al cambio.

A lo anterior insisto la problemática actual no solo es culpa de los gobiernos de turno, así también de los políticos, es culpa de la simbiosis que existió, entre dirigentes sindicales corruptos que no fueron capaces de parar las avalanchas de privatizaciones de empresas del estado a partir de los 90 hasta ahora, más aún muchos fueron cómplices de ello, evitando hacerles olitas a los gobiernos de turnos, y mañosamente manejaron las situaciones de rechazo a las privatizaciones a cambio de prebendas para sus intereses personales o familiares, donde cada día le estaban mermando más los derechos y conquistas sociales de sus representados.

Lamentablemente también los empresarios y administradores de las empresas públicas y estatales, durante años cometieron el gran error de tener dirigentes sindicales regalones que lo único que aportaron a sus afiliados la rebeldía que vemos hoy en las calles y que también a traído nefastas consecuencias para el empresariado.

Termino diciendo cuantas de estas organizaciones sociales y sindicales, sus dirigentes están vetados muchos de ellos por procesos eleccionarios fraudulentos o sus directivas están quebradas por el personalismo de sus dirigentes, solo a modo de ejemplo, ¿Qué pasa con la Federación de Trabajadores del Cobre, baluarte de los trabajadores para recuperar la democracia? ¿Qué pasa con el proceso de elección del Consejo Directivo Nacional de la Central Unitaria de Trabajadores, donde está cuestionado su proceso eleccionario?. ¿ Son interlocutores válidos para un Pacto Social?

En definitiva, no basta con que renuncie Sebastian Piñera, no basta que renuncien los parlamentarios del Senado y la Cámara de Diputado, también deben renunciar los dirigentes sociales y sindicales corruptos que han usufructuado del poder solo para sus beneficios personales a los cuales el ciudadano común y corriente ya los tiene identificado y también tiene que levantar la voz al interior de sus organizaciones, para que se logre aquello y limpiemos la sociedad de la corrupción.

Por ultimo, creo que los únicos que pueden sacar al país de esta crisis, son la clase trabajadoras que aliados con intelectuales, académicos, profesionales, pobladores, dueñas de casas y el pueblo mapuche, honestos transparentes y con verdadero espíritu de servicio a quienes se dicen representar, y que junto al sector empresarial que abrace dichos valores se podrá dejar un legado estable y con futuro de paz y prosperidad para las nuevas generaciones, en los próximos 50 años.

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