Por: Stefanie Chalmers E., nutricionista Escuela de Nutrición y Dietética
Universidad Andrés Bello.
Los inadecuados hábitos de alimentación y las alteraciones del estado nutricional, inciden en el gasto en salud pública y la morbimortalidad en Chile, cuya implicancia es reconocida en las enfermedades del sistema circulatorio, cáncer, y en toda afección metabólica u orgánica que requiera modificación dietética. No obstante, la relación entre la necesidad de abordar el tema de manera preventiva o terapéutica con las acciones necesarias para facilitar el acceso de la población al Nutricionista. Más bien, las estrategias de intervención parecen desconocer la profesión y el rol de la dieta en condiciones fisiológicas y patológicas, lo cual se evidencia en las aún vigentes limitaciones para acceder al bono de atención nutricional (prestación 26-02-001), en el histórico déficit de nutricionistas en servicios de salud (Rev Med Chile 2015; 143: 1468-1477) y en la ausencia de su rol en guías clínicas ministeriales. La alimentación es base de la vida, los nutrientes pueden modular la actividad metabólica, inmune y toda respuesta orgánica o sistémica, pueden interactuar con el tratamiento farmacológico, influir en el ámbito psicológico y más. Por lo mismo, es clara necesidad de incorporar a los nutricionistas en cada equipo multidisciplinario e instancia de trabajo relacionada con la salud, y de facilitar el acceso de la población a sus prestaciones. Sin embargo, es tan efímera la comprensión respecto a lo que significa ser especialista en nutrición y dietoterapia, que aún la participación del nutricionista parece ser considerada secundaria y/o de elite. Así en el ámbito clínico, queda en terreno de nadie, la responsabilidad de ofrecer orientaciones dietéticas que un Nutricionista realiza responsablemente, luego de 5 años de formación académica. Si es necesario el bono libre elección, si el rol del nutricionista debe incluirse en las guías clínicas, si debería aumentarse la dotación de nutricionistas en centros de salud debe puede ser discutido, ya que el avance epidemiológico del país, y los resultados de impacto de las estrategias de salud pública con los nutricionistas en segunda fila, no está resultando.