El doctor Osvaldo Rojas González nació el 20 de febrero de 1906 en Curimón, noveno hijo de once hermanos fruto de la unión matrimonial de Francisco Rojas y Emilia González, donde transcurre su infancia y se forma esa característica singular que pondría al servicio de sus semejantes como hombre bueno, ya que dedicó prácticamente su vida como profesional de la salud a atender muchas veces gratuitamente a las personas pobres y adultos mayores.
Sus primeros estudios lo realiza en la Escuela Pública de Curimón y los secundarios en el Liceo de San Felipe, viajando en su yegua «Petisa», egresando a los 15 años con las más altas calificaciones y aún vistiendo pantalón corto. Y sus estudios superiores en la Escuela de Medicina de la Universidad de Chile, obteniendo el título de médico en diciembre de 1930.
Contrajo matrimonio con Eliana Rodríguez Salgado el 5 de mayo de 1941 cuando tenía 37 años, con quien dejó como descendencia dos hijos: Jorge Osvaldo y Juan Francisco.
Luego de prestar sus primeros servicios como médico en la misma localidad de Curimón, ingresa al Hospital de Los Andes en marzo de 1931 como médico ad honorem. De ahí iniciaría una larga trayectoria de servicios que se prolongaron hasta que se apagó su vida , recibiendo una serie de reconocimientos, y el cariño de la gente que lo calificó como «Osvaldo, el médico bueno».
Su labor profesional la realizó en la Municipalidad de Los Andes y en el hospital se convirtió en médico legista, jefe del Servicio de Medicina, centro asistencial donde se desempeñó por espacio de 35 años y luego de jubilar siguió realizando su rol de médico en su consultorio particular.
Su amplia vinculación con Los Andes le permitió extender su labor profesional como médico en instituciones como Cruz Roja, Gota de Leche, Liga contra la Epilepsia, Hogar de Ancianos y, al mismo tiempo, entre otras entidades, fue socio y piloto del Club Aéreo de Los Andes, Club Trasandino y Rotary Club, recibiendo en muchas ocasiones el reconocimiento.
Este prestigioso médico que se caracterizó por brindar atención al que no tiene recursos y al de limitaciones tanto físicas como intelectuales, se hizo merecedor a que el Centro de Educación Integrada de Adultos (CEIA) lleve el nombre de Dr. Osvaldo Rojas González.
Falleció el 5 de abril de 1990 y sus restos reposan en el Cementerio Parroquial de Los Andes.
